
El consumidor europeo paga de media la mitad que su homólogo estadounidense por su tarifa de teléfono móvil. En Francia un plan con 50 gigas para navegar cuesta 20 euros al mes con un operador conocido como Free. El mismo plan en EEUU saldría por unos 100 euros, según publica The Wall Street Journal. La competencia y los organismos reguladores del mercado marcan la diferencia. Sin competencia no hay paraíso.
Según el diario estadounidense, la clave de esta diferencia abismal es la competencia. En EEUU, el mercado ha estado dominado por dos gigantes de las telecomunicaciones, Verizon y AT&T. Estas dos empresas con unas redes muy superiores ofrecen un servicio que ninguna compañía de la competencia puede igualar. Esta situación de oligopolio permite a los dos gigantes maximizar su beneficio con tarifas relativamente elevadas.
Por el contrario, en Europa no existe un jugador tan poderoso como para influir de forma considerable en los precios. La competencia entre las operadoras ha hecho que las empresas sean casi 'precio-aceptantes', incluso las firmas más grandes se han visto obligadas a realizar ofertas a la baja para no perder clientes.
La entrada de empresas como Yoigo en España, Iliad en Francia o CK Hutchison's Three en Italia y el Reino Unido han mantenido viva la competencia. Aunque no todo ha sido la aparición de nuevos competidores. La Comisión Europea siempre ha señalado que su principal objetivo es lograr que el mercado ofrezca un buen servicio a un precio bajo, y para alcanzar esta meta ha tenido que evitar la creación de grandes conglomerados.
La Comisión Europea cuida al ciudadano
Un buen ejemplo de ello ha tenido como protagonista a la compañía española Telefónica. La Comisión Europea prohibió la venta de la filial británica de Telefónica, O2, a Hutchison, porque considera que la operación hubiera dejado en solo dos los operadores de redes móviles en el Reino Unido.
La CE bloqueó la operación, valorada en 10.250 millones de libras (unos 13.000 millones de euros) lanzando un mensaje muy claro: "Nos preocupa seriamente que los clientes de telefonía móvil del Reino Unido tuvieran menos posibilidades de elección y pagaran precios más altos" y que la transacción "perjudicara a la innovación en el sector de las comunicaciones móviles".
Algunos detractores de la competencia (posiblemente pocos) podrían argumentar que la situación de monopolio y de maximización del beneficio puede ser buena para los empleados de esas empresas, que podrían optar a unos salarios superiores.
Sin embargo, esta situación no se produce, al menos, en EEUU, donde 40.000 empleados de Verizon, la primera empresa de telefonía móvil en EEUU y la segunda empresa del sector en cuanto a ingresos, han mantenido una huelga desde abril (ha terminado hace escasos días) para reclamar mejores condiciones: "Verizon ha venido reduciendo su personal cerca del 40% desde hace una década, y no ha cumplido con la necesidad de contratar el personal necesario para desempeñar apropiadamente el servicio", según explican los líderes sindicales.