Telecomunicaciones y tecnología

Putin observa cristales en el lago más profundo del mundo



    LAGO BAIKAL, Rusia (Reuters) - El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se sumergió el sábado en las profundidades del lago Baikal a bordo de un mini submarino en una misión que suma una nueva dimensión a su imagen de hombre intrépido.

    Putin, cinturón negro de judo, que ha volado en un avión de combate y disparado a un tigre siberiano en la selva, descendió 4.000 metros bajo la superficie del lago más profundo de la tierra para revisar cristales de gas potencialmente valiosos.

    "No he visto nada parecido en toda mi vida. Es un sentimiento muy especial", dijo Putin a los periodistas tras volver a la superficie, con un aspecto pálido y un poco mareado tras pasar más de cuatro horas y media bajo el agua.

    Ante la pregunta sobre si planea viajar al espacio tras su vuelo supersónico y su inmersión profunda, Putin, que vestía un traje azul respondió que "no, hay suficiente trabajo aquí en la Tierra".

    Escondidos en el casi inexplorado lecho del lago Baikal hay grandes depósitos de hidratos de clatrato, cristales envueltos en una de las exportaciones más lucrativas de Rusia: gas natural.

    Los científicos estiman que los hidratos del lago Baikal contienen cerca de mil millones de metros cúbicos de gas natural, cantidad equiparable a los mayores campos de gas descubiertos en el mundo. La extracción en el lago Baikal está prohibida dado que es una reserva natural.

    Antes de cerrar las escotillas del submarino Mir-2, Putin pudo observar muestras de cristales burbujeando bajo el agua.

    "Se puede tocar. Hay muy pocas personas que han sostenidos hidratos en sus manos, aún menos (que han sostenido) hidratos de Baikal", dijo al primer ministro Robert Nigmatullin, jefe del Instituto de Oceanología. "También se pueden ver en llamas, se queman", agregó.

    "No le prendamos fuego hoy", dijo Putin sonriendo antes de entrar al sumergible que después se adentró en las profundidades del lago más antiguo del mundo.

    El ex espía de la KGB de 56 años ha cultivado una imagen varonil y las encuestas muestran que con esto ha ganado admiradores, especialmente entre las mujeres rusas.