El sector que probablemente se verá más afectado por la Blockchain será el financiero, pero el impacto de la Blockchain va mucho más allá y toca muchas otras industrias diferentes. Una de éstas, que está en sus fases iniciales de explorar la tecnología Blockchain, es la industria energética en la que una confluencia de innovaciones tecnológicas, posibilitadas por la Blockchain y otras tecnologías, y cambios regulatorios que se avecinan pueden conformar un nuevo modelo energético.
Ignacio Madrid Benito, Responsable de Digital Utilities en Everis y co-autor de @LibroBlockchain, da su visión sobre el futuro del modelo energético que podría cambiar el papel de todos los participantes en el mercado y colocar al consumidor como parte del centro de la actividad.
1. ¿Por qué una eléctrica debería interesarse por la Blockchain?
Nos encontramos ante una de las revoluciones tecnológicas más relevantes de la historia del sistema eléctrico. Desde la segunda revolución industrial, donde se llevó a cabo la electrificación de la industria, de las ciudades y de los territorios en general, el modelo de sistema eléctrico no ha cambiado sustancialmente. No se han dado cambios tecnológicos relevantes más allá de algunas tecnologías de generación y de eficiencias incrementales en la gestión de las infraestructuras.
La aparición de nuevas tecnologías como el almacenamiento y las renovables a cualquier escala, la sensorización de las redes de distribución y transporte y el acceso en remoto a los diferentes activos del sistema en tiempo real, está favoreciendo una disrupción sin precedentes en el sector que permitirán reescribir el modelo de sistema eléctrico y conseguir eficiencias hasta ahora impensables.
Cada vez es más habitual oír hablar de la generación distribuida, que suele asociarse a la colocación de paneles solares en los tejados de los distintos edificios, pero este concepto va mucho más allá. Distribuir los activos del sistema no conlleva sólo la descentralización de las plantas de generación en pequeñas instalaciones renovables ubicadas más cerca de los lugares de consumo.
Lo apasionante de la descentralización es la aparición de nuevos activos nunca antes contemplados como parte del sistema eléctrico como son las baterías (fijas o móviles en forma de vehículo eléctrico) o los sistemas de control de equipos, edificios o industrias. Para el año 2020 se estima que habrá más de 30.000 millones de equipos conectados (sensores, termostatos, sistemas de ventilación, iluminación, maquinaria, SCADAs...) que permitirán controlar buena parte de la demanda eléctrica. El valor que tiene el acceso a la gestión de la demanda y al almacenamiento de energía para el sistema eléctrico es incalculable.
Este nuevo modelo, que plantea la entrada de la generación distribuida, tiene implicaciones de tal calibre que la implementación no será inmediata, aunque ya existen lugares como los Estados Unidos, el Reino Unido o los Países Bajos donde este modelo empieza a ser una realidad. El acceso a los nuevos activos distribuidos implica la apertura del sistema a un gran número de pequeños nuevos agentes, menos profesionalizados (ajenos al propio sistema en muchos casos) y con menor capacidad de impactar en el sistema a nivel global. La gestión de un sistema descentralizado se vuelve compleja y es donde entran en juego tecnologías disruptivas como la Blockchain.
Evoluciones incrementales del sistema de gestión existente nunca podrán resolver la complejidad generada por el incremento exponencial del número de activos del sistema. El modelo debe ser redefinido y la tecnología Blockchain tiene sin duda la llave de la simplificación de esta nueva complejidad, donde el consumidor final adquiere un papel protagonista a la vez que se convierte en agente, eso sí, menos preparado, para interactuar con el sistema.
2. ¿Cuales son las tres principales aplicaciones de uso de Blockchain en energía que ves venir en el futuro?
Antes de mirar al futuro empezaría mirando al presente. La tecnología Blockchain permite hoy optimizar y asegurar la mayoría de los procesos diarios existentes en los agentes del sistema eléctrico; desde la identificación unívoca de los firmantes de contratos comerciales o la aceleración de los procesos de cambio de comercializadora y la reducción de los costes asociados, hasta la capacidad de asegurar todos los datos de los contadores de consumo y generación. Pero, sin duda, donde mayor impacto tendrá esta tecnología es en el modelo de sistema eléctrico del futuro comentado anteriormente.
Mirando hacia el futuro y sin saber cómo de lejano será, me atrevería a decir que el trading de energía será la primera gran aplicación que veamos en el mundo energético. La descentralización del sistema conlleva un incremento del número de interacciones entre los cada vez más numerosos agentes de mercado. Hoy en día, este tipo de acuerdos se lleva a cabo en los mercados financieros tradicionales, pero el tamaño de los nuevos jugadores y las necesidades físicas por parte del sistema para la gestión local de las redes de distribución en tiempo real, complica de nuevo la operativa de un sistema en busca de eficiencias.
Los acuerdos firmados entre las partes y la forma de ejecutar dichos acuerdos, gracias a la automatización implícita en los Smart Contracts permitirá la gestión de la liquidación entre las partes directamente, evitando los elevados costes administrativos y legales de un sistema centralizado como el actual. La certificación y validación de las cantidades generadas y consumidas facilitará, en todo momento, el intercambio monetario entre los distintos participantes reduciendo así no sólo el coste operativo asociado, sino tiempo empleado.
Entendiendo la problemática actual asociada al perfil de los nuevos agentes del mercado, donde tienen cada vez menos conocimiento y menos dedicación a la gestión de los activos, aparecen ya agregadores de pequeños generadores, almacenadores o gestores de la demanda que velan por sus intereses en un mercado centralizado. Pero el mercado se vuelve local y las oportunidades de venta de energía, flexibilidad y almacenamiento aumentan siendo clave la identificación del mejor comprador para tus servicios en cada momento, pudiendo ser la distribuidora, el mercado central o la industria ubicada a final de nuestra calle.
La labor de estos agregadores se vuelve compleja no sólo en la búsqueda de la mejor oferta sino del establecimiento de las condiciones de compra o venta del recurso del representado. Será de nuevo la tecnología Blockchain la que permita automatizar y optimizar estos intercambios de manera segura y económica.
Otra gran revolución que llegará de la mano de esta tecnología será la energía móvil, próximo campo de batalla entre las principales eléctricas, instituciones financieras, empresas de telecomunicaciones y de logística, donde disputar la hegemonía para convertirse en las promotoras del nuevo estándar de identidad digital.
Actualmente los contratos de los clientes finales se asocian a contadores físicos ubicados en lugares concretos. El sistema gestiona contadores y no clientes. Las necesidades de los clientes han cambiado y con la llegada del coche eléctrico será más evidente. El cliente quiere hacer uso de la infraestructura eléctrica allí donde se encuentre en cada momento, tanto para recargar un coche eléctrico como para hacer frente a los consumos de una casa de alquiler o de una habitación de hotel o del enchufe situado en un aeropuerto donde recargar el móvil. La cantidad de lugares propicios es infinita pero actualmente no es posible identificar los consumos con los consumidores finales.
Imaginemos que vamos a casa de nuestros suegros a conocerlos por primera vez, pero nos encontramos con un contratiempo, nos hemos quedado sin batería en nuestro Tesla, cuya capacidad es de nada menos que de 90kWh (equivalente a 2 días de consumo eléctrico de un hogar medio en España). Sabemos que tal carga no tendría ni mucho menos el mismo coste que una inocente carga del teléfono móvil en el enchufe del salón, por lo que quizás deberíamos de tratar con especial sensibilidad este asunto o buscar una alternativa para la vuelta a casa.
Ahora, imaginad qué pasaría si este consumo eléctrico estuviera directamente vinculado a la identidad del coche, y esa identidad del vehículo, a nuestra propia factura personal, como propietarios del mismo. Gracias a la amplia portabilidad de los usuarios que permite Blockchain, la relación con nuestros suegros no se vería comprometida y podríamos volver satisfactoriamente a casa.
De igual modo que la movilidad ha llegado ya al ámbito de las telecomunicaciones, la identidad digital, concretamente basada sobre criptografía de clave pública e identidad digital, desarrolladas sobre bases de datos con tecnología Blockchain deberá llegar también al sector eléctrico. Esta tecnología podría ser esa principal figura facilitadora que, aportando fiabilidad, transparencia y seguridad, permita gestionar millones de transacciones sin costes operativos desorbitados y manteniendo en todo momento el control de la información sensible de los usuarios. Y todo esto, mientras se les provee de servicios ubicuos, totalmente personalizados y de la mejor experiencia de usuario posible.
Todo esto pasará antes de lo que pensamos. Los reguladores en Europa están haciendo presión a los mercados para permitir la participación ciudadana como medida de fomento de las renovables y para alcanzar los objetivos medioambientales establecidos en París.
Asimismo, la propia regulación también habilita a las eléctricas como proveedoras de servicios de iniciación de pagos, permitiendo que estas hagan una incursión en la industria de los servicios financieros, algo que será posible a mediados de 2018, con la entrada en vigor de la normativa PSD2 y modelos de APIs abiertas.
Esta nueva normativa permitirá que las propias eléctricas puedan realizar pagos a otras entidades de forma nativa, sin recurrir a plataformas como VISA o Mastercard que intermedien, habilitando, así, nuevos modelos de negocio y vías de monetización de servicios actuales que antes no eran posibles realizarlos por empresas de esta naturaleza.
3. ¿Qué aplicaciones de Blockchain en el mundo de la energía son más factibles a corto plazo?
Las primeras aplicaciones de esta tecnología se han dado en sectores ajenos a la energía, principalmente en el financiero, pero ya empezamos a ver los primeros proyectos dentro del sector energético. No hay grandes aplicaciones comerciales pero los pilotos que existen están respaldados por compañías tan reconocidas como Siemens o RWE. La aparición de estos primeros pilotos dan cierta visibilidad sobre las aplicaciones en el corto plazo.
La infraestructura de puntos de recarga para vehículos eléctricos está en plena fase de creación y aún no está definida en la mayoría de los países. Pero con la aparición y consolidación de soluciones de carga para este tipo de vehículos vendrá el desarrollo de soluciones basadas en Blockchain.
Este es el caso del proyecto que la gran eléctrica alemana RWE está llevando a cabo con la empresa Slock.it que permite la recarga en determinados puntos de recarga por medio de Smart Contracts permitiendo a clientes de RWE pagar en su factura de la luz estas recargas y simplificando a RWE la validación y aprobación de las recargas. Se empieza a vislumbrar en estos pilotos la idea de la energía móvil.
Con la aparición de la generación distribuida y el interés en la gestión de mercados locales sucede lo mismo. Todo es nuevo y hay que decidir la forma de interacción y gestión de estos nuevos participantes entre sí y con el resto de agentes del mercado. La validez de la información, la certificación de la energía generada por los pequeños generadores y la interacción P2P entre éstos y los consumidores son aspectos donde Siemens está poniendo su atención, como vemos, involucrándose en el piloto liderado por las empresas LO3 y ConsenSys en la microgrid que han montado en pleno barrio de Brooklyn, en Estados Unidos.
Este es el primer experimento en un entorno real donde se está simulando a escala reducida el funcionamiento de ese mundo de generación distribuida y mercados locales. Si los resultados acompañan, no será mucho el tiempo que pase hasta que se implemente a mayor escala y se extienda a todos los mercados.
Existen otros pilotos de aplicación de Blockchain que dan una idea del potencial y de lo cercana que está asunción. Compañías eléctricas que aterrizan en países en desarrollo donde nunca ha habido centralización del sistema eléctrico y utilizan contenedores con paneles solares y baterías para abastecer pueblos enteros utilizan, ahora, Blockchain para pagar por el uso, como es el caso de Bankymoon en África.
O empresas como Power Ledger en Australia que investiga sobre las posibilidades del blockchain para el arbitraje en el mercado con baterías dentro de este contexto de generación distribuida. Otro ejemplo lo encontramos en Alemania, con un proyecto liderado por Ponton donde se ha creado el primer marketplace de flexibilidad y gestión de la demanda basado en Blockchain dentro del proyecto NWE 4.0.
Son muchas las iniciativas que están desarrollándose en distintas partes del mundo que determinarán, en el corto plazo, las aplicaciones comerciales pioneras que utilicen Blockchain en el sistema eléctrico.
4. ¿Si se cumplen las promesas de futuro para el nuevo modelo energético con Blockchain como sería la vida de un usuario modelo en ese mundo?
Tras una primera fase a, donde el acceso a todas estas nuevas funcionalidades estará liderado por los early adopters que quieran implicarse y enfrentarse a este escenario, definido por un nuevo y complejo concepto de usabilidad e incertidumbre, el sistema conseguirá simplificar lo complejo (o no existirá). El papel protagonista del usuario final lleva implícita la simplificación de su acceso a este nuevo sistema. Cualquier esfuerzo extra necesario por parte del consumidor final será una gran barrera para el desarrollo de este nuevo modelo energético.
El sistema eléctrico del futuro será sencillo y estará automatizado, la complejidad del modelo actual será simplificada gracias a la conectividad de los activos y al empleo de Smart Contracts, el concepto de la energía móvil se extenderá y el acceso a la electricidad en cualquier momento y en cualquier lugar será una realidad que simplificará la vida de los consumidores finales.
Lo que actualmente podría considerarse un caos por la integración de miles de nuevos agentes al mercado y por la apertura de nuevos mercados locales de energía donde operar entre generadores distribuidos, gestores de la demanda o propietarios de capacidad de almacenamiento, se gestionará de manera automática, permitiendo al usuario final poner a disposición del sistema sus propios activos de manera sencilla y fiable, beneficiándose de nuevas fuentes de ingresos.
Serán soluciones Plug and Play que permitirán al sistema ser más eficiente y al usuario final rentabilizar sus inversiones con mayor facilidad. Aparecerán nuevos servicios para el usuario hasta el momento impensables basados en la seguridad de la información pero abierta al sistema que ofrece Blockchain. Todo será más inteligente y optimizado, todo estará conectado entre sí (las casas con las personas, con las ciudades...) y probablemente será más barato y limpio gracias a la interoperabilidad y eficiencia que implica un modelo de sistema eléctrico abierto e interconectado como el que hemos descrito.
Ignacio Madrid Benito, Responsable de Digital Utilities en Everis y co-autor con Alex Preukschat, del libro "Blockchain: La revolución industrial de Internet" que publicará Ediciones Deusto (Grupo Planeta) en mayo de 2017, cuyas novedades podéis seguir en @libroblockchain.