Era una de las características supuestamente revolucionarias del iPhone 6: un chip con tecnología inalámbrica NFC que, junto con un sistema denominado Apple Pay, pretendía revolucionar los sistemas de pago electrónico e incluso desbancar a gigantes del dinero de plástico como Visa o MasterCard.
Pero el cuento de la marca de la manzana es, de momento, el de la lechera. Apenas una de cada diez personas que posee un iPhone 6 lo ha utilizado alguna vez para pagar una compra desde que el teléfono fuese lanzado al mercado hace unos meses.
El uso de Apple Pay es tan residual que, conforme a los datos recopilados por InfoScout, sólo el 5% de los propietarios de este moderno y costoso terminal en Estados Unidos lo utilizaron para realizar sus compras durante el denominado como Black Friday, una de las fechas con mayores ventas de todo el año.
Peor aún: la abrumadora mayoría de los usuarios potenciales de este sistema ni siquiera parecen interesados en Apple Pay, a juzgar por las respuestadas dadas cuando se les preguntó el motivo para no usar el teléfono como una tarjeta: "no se si la tienda lo acepta" (31%), "olvidé usarlo" (25%) o "no tenía el móvil a mano" (19%).