- 12/07/2021, 07:00
Una de mis grandes pasiones, desde pequeño, es el tenis. Como jugador siempre he sido un auténtico paquete, pero creo haberle puesto empeño en prosperar, aunque con resultados más bien vacuos. He tenido la oportunidad de asistir a singulares acontecimientos tenísticos, pero me ha faltado, hasta la fecha, vivir en toda su salsa el ambiente de la competición tenística por antonomasia: los campeonatos internacionales de Wimbledon, la prueba con más clase y señorío que se celebra anualmente en el circuito, y en las pistas del All England Tennis Club. Todos tenemos algún deber pendiente y el mío sigue siendo Wimbledon. Permítame que a propósito de ese torneo que junto con Roland Garros, el Open de Estados Unidos y el Abierto de Australia, forman los cuatro Grand Slam, las competiciones más prestigiosas y anheladas por cualquier tenista y en función de las cuales las grandes raquetas planifican sus temporadas. Remontémonos a un año atrás.