opinión
- 19/05/2021, 07:04
19/05/2021, 07:04
Wed, 19 May 2021 07:04:47 +0000
Ser amigo del número uno siempre es bueno. Últimamente, España o, mejor dicho, nuestro gobierno no tiene muy asumido lo provechoso que es mantener una buena relación con el número uno, sin necesidad de hacer peloteo. Con la Tasa Google la pifiamos. La Casa Blanca, primero con su anterior inquilino, Donald Trump, y, después, con su actual morador, Joe Biden, nos trata con cierto desdén y ese desprecio puede acentuarse en forma de aranceles a los productos "made in Spain". Biden ha llamado a no sé cuántos presidentes de gobierno desde que fue oficializado su cargo como primer mandatario. No sé si el teléfono de La Moncloa ha recibido alguna llamada de Washington. De confirmarse que el teléfono de La Moncloa no ha sonado, eso significaría que España no es aliado para tener en cuenta por parte de Estados Unidos o, peor aún, que nos han marcado en la lista negra. Y ese tachón en parte tiene su origen en la puñetera Tasa Google, que se ha tomado en el número 1600 de la Pennsylvania Avenue como una afrenta al orgullo patriótico, empresarial y tecnológico estadounidense, con lo cual habrá que ver de qué modo se sirve la vendetta.