- 19/03/2020, 08:35
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Thu, 19 Mar 2020 08:35:10 +0100
La imagen formará parte de la iconografía de estas fechas: Valentina Cepeda, ujier del Congreso de los Diputados y hasta entonces héroe anónima, recibió los únicos aplausos de la sesión extraordinaria del pasado miércoles. Su silenciosa tarea consistió en limpiar el atril de oradores. El reconocimiento honró a sus señorías, igual que las palabras de la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet y los tuits de muchos diputados. El gesto sirve para centrar la mirada en los profesionales que mantienen su imprescindible actividad, aún a riesgo de contagio. Para alegría de este país, y aunque lo peor esté por llegar, como advirtió Pedro Sánchez, también sucedieron un puñado de noticias para ver el vaso medio lleno.