- 27/05/2022, 07:00
27/05/2022, 07:00
Fri, 27 May 2022 07:00:00 +0200
La inflación es, quizás, la mayor enemiga de una renta fija que vive su peor año en décadas. La razón es que los bonos pagan, en su mayoría, un cupón fijo que impide que los flujos que generan a lo largo de su vida puedan seguir el ritmo al que sube el coste de la vida. La perspectiva de perder dinero con ellos a medida que los bancos centrales suben los tipos de interés es lo que provoca la retirada histórica que se está produciendo en este mercado. El ajuste se produce vía precio, lo que eleva, a su vez, sus rentabilidades, que ya empiezan a descontar un futuro de tipos más altos. Fruto de este escenario, la expectativa de rentabilidad para una cartera de bonos global, que elEconomista audita cada semana con el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER), ha crecido más de un punto en lo que va de año, al pasar del 1,3% de enero al 2,5% actual. Un nivel no visto desde 2011.