- 14/03/2023, 19:33
En medio del vuelco que ha dado el mercado de renta fija con la crisis del Silicon Valley Bank (SVB), el Tesoro Público ha salido de nuevo al mercado en busca de financiación.
En medio del vuelco que ha dado el mercado de renta fija con la crisis del Silicon Valley Bank (SVB), el Tesoro Público ha salido de nuevo al mercado en busca de financiación.
La jornada de este martes trajo consigo el resultado de la última subasta del Tesoro Público de Letras a seis y a doce meses en la que la institución consiguió colocar 4.938,5 millones de euros -con un total de solicitudes por un importe de 8.695 millones-. Así, se fijó un interés medio que superó el 3% en ambos casos (3,11% en el caso de las Letras a seis meses y del 3,3% en el caso de las que vencen dentro de un año). Y como es habitual de las últimas subastas, supone alcanzar un coste de financiación no visto desde 2012.
Renta 4 sigue siendo el banco de referencia para un cliente más sofisticado e inversor, a pesar de que su apego al comportamiento de los mercados de bonos y renta variable le haya hecho reducir su beneficio en 2022. Su presidente, Juan Carlos Ureta, entiende que el ejercicio pasado fue "una transición" hacia un nuevo escenario de tipos normalizados sobre el 3% que duplicarán el margen financiero de la entidad, hasta cerca de los 18 millones de euros y devolverán el beneficio y la cifra de nuevos clientes a cotas de 2021, con 25 millones de euros de beneficio -21,5 en millones-, 100 millones en comisiones netas y generando 2.000 nuevos clientes al mes.
La gran crisis financiera mundial que comenzó en 2008 supuso un antes y un después en la financiación del Estado y el ahorro de los españoles. Hasta esa fecha, los pequeños inversores llegaron a prestar uno de cada diez euros que las arcas públicas necesitaban a corto plazo. Es decir, tenían en su poder en torno al 10% de las letras del Tesoro, esos instrumentos que ahora han desatado las imágenes repetidas en las últimas semanas de largas colas a las puertas del Banco de España para comprarlas. Hoy el porcentaje es muy distinto, aunque un último dato publicado por el Tesoro muestra un importante salto, incluso antes de producirse esas colas, desde el apenas 0,02% en el que se movía en los últimos años.
El año pasado existían 580 fondos de inversión con al menos 15 años de antigüedad, y el último estudio de Pablo Fernández, profesor de finanzas del IESE, en el que analiza la rentabilidad de los fondos de inversión españoles entre 2007 y 2022, refleja las grandes diferencias en términos de rentabilidad entre ellos.
El perfil conservador del inversor español, con el que se define el 33% de los españoles, según el último Observatorio Inverco, y el aumento de la rentabilidad de la deuda pública ha derivado en largas colas a las puertas del Banco de España de personas dispuestas a hacerse con una Letra del Tesoro en plena ola de frío. La fiebre por comprar estos títulos no responde a que sean los más rentables, ni tampoco los únicos que ofrecen rentas. La mayoría de bonos aporta ahora rentabilidades atractivas, que en muchos casos compiten con los dividendos que reparten las cotizadas.
El ajuste monetario del Banco Central Europeo (BCE) ha devuelto el atractivo a las letras del Tesoro, hasta el punto colapsar la web del organismo. Este escenario dista mucho de lo que ocurría hace unos meses, cuando la deuda española a más corto plazo era ignorada por los inversores. Entonces, estos tenían que pagar por prestar con los tipos de interés en negativo. Pero ahora la fotografía financiera ha cambiado mucho y el retorno de las letras, también.
La deuda del Tesoro vuelve a verse con interés entre las empresas que necesitan rentabilizar las puntas de tesorería. Su cartera en letras se ha multiplicado por casi tres de veces en escasos diez meses: en octubre tenían 718 millones de euros invertidos en este tipo de títulos frente a los 254 millones con que finalizaron el pasado ejercicio, una cota que no se veía desde 2013. Su avance es aún más vertiginoso si se compara con junio, cuando apenas mantenían 7 millones en letras.
En mi artículo anterior explicaba que no tenía ningún sentido colocar el dinero un año en un depósito que paga un interés en el entorno del 1,50%, cuando puedes colocarlo en letras del tesoro a un año al 2,84% (la letra ofrece un 2,99%, pero hay que descontar un corretaje del 0,15%). Y me refiero a los bancos más sólidos, que son los únicos que se pueden comparar en seguridad con el Estado.