Con Albert Rivera no han llegado los resultados esperados a la firma de abogados Martínez- Echevarría y Rivera, por lo que existía cierta tensión entre los socios y el expolítico, pero en la firma no esperaban que se marchase y, menos, que se enteraría de su salida del despacho por una información de El Confidencial.

El ruido de los pactos políticos empieza a coger altura. De aquí, hasta el 30 de junio asistiremos a una gran ceremonia de la confusión y a informaciones contradictorias poco amigas de las convicciones.