Tribuna
- 08/07/2019, 18:40
08/07/2019, 18:40
Mon, 08 Jul 2019 18:40:56 +0200
El relato no sólo de la historia económica de España, sino de la historia de España, no puede olvidar de ningún modo, el gran cambio producido en el conjunto del mundo tras las II Guerra Mundial, que también alteró, como sucedió en España, la vida española. Y ello tiene una fecha, que conviene conmemorar. Es la de 30 de junio de 1959, momento del envío de un Memorandum al Fondo Monetario Internacional y a la OCYPE, mostrando, de acuerdo con ambas instituciones, de qué manera se iba a desarrollar la economía española en adelante. Y del análisis de este Memorandum se desprende que tenía una originalidad extraordinaria. Por ello, parece obligado tener en cuenta la significación del cambio radical que, a partir de esa fecha, tenía lugar en España. Hasta entonces, el planteamiento de nuestra política económica estaba basado, fundamentalmente, en la creencia de la extraordinaria importancia de la industrialización, motivada por el fuerte auge que habían tenido las economías de los países industriales. Y para eso, como se partía de una realidad ajena a esa gran revolución había sido preciso, para acercarse a los países ya industriales, buscar puntos de apoyo. A estos se les dio el nombre de medidas de acción educativa, esto es, había que aprender de ellos, imitándoles en lo posible a través de barreras arancelarias y otras dificultades para que no existiese competencia exterior que perjudicase las actividades nacientes de algo radicalmente nuevo para España.