- 10/10/2021, 16:55
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Sun, 10 Oct 2021 16:55:23 +0200
Invertir en activos de private equity o capital privado era algo que hasta ahora solo se podían permitir los grandes patrimonios. Los elevados importes solicitados, entre tres y cinco millones de euros como mínimo, para poder acceder a este tipo de proyectos filtraban la entrada únicamente a family offices e inversores institucionales. Los fondos de fondos comercializados a través de la banca privada facilitaron que inversores con importes menores pudieran también acceder, reduciendo el riesgo de selección y diversificación. Por 100.000 euros tenían acceso a activos no cotizados, con la condición de tener el patrimonio invertido durante un plazo que no suele ser inferior a los cinco años y puede llegar a la década, a cambio de una revalorización que se sitúa entre el 10% y el 12%. Una iliquidez bien remunerada, si no se necesita el dinero en el plazo que dura la inversión.