- 19/01/2021, 07:21
Tras años de incesante bombardeo de tuits a la esfera pública, con especial atención a sus 88 millones de seguidores, el todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cruzó el pasado seis de enero, el día del asalto al Capitolio, una línea roja de Twitter, que decidió silenciar temporalmente su cuenta y, 12 horas después, cerrarla de forma permanente por "atentar contra la integridad cívica y glorificar el odio", tal y como explica la tecnológica, a la que siguieron otras redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat o YouTube.