- 25/02/2021, 12:08
Puede tratarse de una simple tarjeta expedida por los sistemas sanitarios de cada país. Podría ser una aplicación que se descarga en el móvil. Podría ser una libreta, al estilo de los pasaportes, con el escudo de Su Majestad en la portada (en mi caso y en el de los demás británicos) o, para los teóricos de la conspiración, un microchip implantado al nacer. Sin embargo, no importa realmente la forma que adopte el pasaporte sanitario. Cualquiera que sea la versión que elijamos, seguirá siendo un paso en un camino peligroso, uno que nos lleva a una sociedad basada en el permiso administrativo, en la que se criminaliza a los inconformistas, se aplasta la individualidad y se pierde la ventaja competitiva que siempre nos ha dado la libertad.