- 08/03/2022, 20:17
La tibieza en las actuaciones de la Unión Europea para hacer frente a los grandes retos económicos ha sido muy criticada en el pasado.
La tibieza en las actuaciones de la Unión Europea para hacer frente a los grandes retos económicos ha sido muy criticada en el pasado.
El grupo de asesores económicos de Angela Merkel ha recortado su previsión de crecimiento para este año mientras el país lucha por contener una tercera ola de Covid-19. El presidente Macron está cerrando Ile-de-France, el centro neurálgico de la economía francesa, ya que los hospitales están desbordados de pacientes, mientras que la OCDE ha recortado sus previsiones para el continente. Con la caída en picado de las infecciones y las bajas laborales en Israel, Reino Unido y EEUU, a medida que se intensifican los programas de vacunación, Covid-19 está finalmente bajo control en muchas áreas, excepto, por supuesto, en la Europa continental. Hasta ahora ha sido principalmente una catástrofe sanitaria, pero muy pronto se convertirá también en una económica. Grecia provocó la primera crisis de la eurozona, pero la debacle de las vacunas encenderá la segunda.
Mientras los equipos negociadores británicos y europeos tratan de resolver sus diferencias para alcanzar un acuerdo que regule la relación postBrexit, se aproxima la hora límite de la medianoche del domingo que había fijado el Parlamento Europeo. Si el pacto se retrasa más, la cámara europea no dispondría de suficiente tiempo para hacer el escrutinio del acuerdo previo a su ratificación. Sin embargo, representantes comunitarios de la CE y franceses se han mostrado reacios a una firma de último minuto presionada por el factor temporal.
Muchos creyeron el mes pasado que la reciente propuesta franco-alemana de un fondo europeo de recuperación, que se financiaría mediante bonos emitidos por la UE, podría ser el momento hamiltoniano del bloque. Este término se refiere al acuerdo del año 1790 cuya punta de lanza fue Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro de EEUU; mediante dicho acuerdo, el Gobierno federal asumió las deudas contraídas por los 13 Estados del nuevo país durante la Guerra de Independencia.
Qué está pasando en la Unión Monetaria? En unas pocas semanas, hemos visto a Alemania cambiar de posición sobre lo que hasta ahora eran los principios básicos que habían definido la política económica de la Eurozona, incluso en los duros momentos de la Gran Recesión. Alemania ha acordado con Francia un documento que podría dar lugar al mayor paquete de estímulo fiscal de la historia de la UE. Además, en ese acuerdo, se acepta que este estímulo se financie con deuda pública emitida por la Unión, es decir algo muy cercano a los eurobonos que el gobierno alemán había rechazado sistemáticamente. Casi simultáneamente, el BCE ha lanzado un segundo estímulo monetario por valor de 600.000 millones de euros y, además, ha extendido en el tiempo las compras de deuda pública asociada a la pandemia hasta, al menos, junio del año que viene. Y para completar el cuadro de medidas extraordinarias, el Gobierno alemán ha lanzado su propio paquete fiscal expansivo por valor de 130.000 millones de euros, adicional a las medidas que ya había tomado en marzo.
La unión bancaria cumple cinco años. Y Alemania, o más bien su ministro de Finanzas, Olaf Scholz, ha decidido regalarle una propuesta para finalmente completar el proyecto más ambicioso en la integración europea desde el euro, con la largamente esperada garantía común de depósitos. El paso de Scholz va más allá de la culminación de la unión bancaria, e incluso de la integración económica. Llega como parte del renovado esfuerzo del bloque comunitario para incrementar el peso político de Europa.
Una docena de denominaciones de origen españolas estarán protegidas contra imitaciones en China en virtud del acuerdo concluido este miércoles entre Pekín y Bruselas, entre ellas el cava, el vino de Rioja, los vinos Valdepeñas el Queso Manchego o los aceites Priego de Córdoba y Sierra Mágina.
Boris Johnson acomete esta jornada el tercer intento de convocar un adelanto de las generales, consciente de que, como anteriormente, resulta más que improbable que el Parlamento le conceda el apoyo de dos tercios necesario desde la reforma electoral introducida en 2011 por el bipartito. Ante la negativa del Laborismo a aceptar el envite hasta que el riesgo de un Brexit sin acuerdo haya quedado completamente descartado, el primer ministro británico estudia vías alternativas para garantizar los comicios antes de final de año, una aspiración a la que se han sumado los más inesperados colaboradores, los liberal-demócratas y los nacionalistas escoceses, dispuestos a concedérselos, si Johnson renuncia a tramitar la legislación para la salida de la UE.
La Comisión Europea ha lamentado este viernes la entrada en vigor de los aranceles anunciados por Estados Unidos por valor de 7.500 millones de dólares a productos agroalimentarios comunitarios, que, según el Ejecutivo de la Unión Europea (UE), no le deja más alternativa que responder con la imposición de aranceles a bienes de EEUU.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han dado este viernes el aval definitivo para que la francesa Christine Lagarde se convierta en presidenta del Banco Central Europeo (BCE) el próximo 1 de noviembre, en sustitución del italiano Mario Draghi.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, han anunciado por Twitter que se ha alcanzado un acuerdo para el Brexit. A pesar de la firma in extremis de los dos bloques, el acuerdo tiene que ser aprobado el próximo sábado por el Parlamento británico. De momento, Johnson cuenta con la falta del apoyo del DUP, el partido unionista norirlandés que tiene diez diputados decisivos en la Cámara de los Comunes. Sin la luz verde del Parlamento, Johnson está obligado por ley a pedir una prórroga para el Brexit antes del 31 de octubre, fecha límite para que salga Reino Unido de la Unión Europea.
Tras días de intensas negociaciones, la Unión Europea (UE) y el Gobierno de Reino Unido han alcanzado un acuerdo in extremis para la salida de este del bloque, proceso conocido como Brexit. Un pacto que, sin embargo, ha tardado poco en desinflarse tras su anuncio. E incluso antes: a primera hora de la mañana, el Partido Democrático Unionista (DUP) norirlandés ha mostrado su rechazo. Algo que enturbia las posibilidades de que lo acordado por ambas partes finalmente sirva de algo.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, han anunciado por Twitter que se ha alcanzado un acuerdo para el Brexit. A pesar de la firma in extremis de los dos bloques, el acuerdo tiene que ser aprobado el próximo sábado por el Parlamento británico. De momento, Johnson no tiene asegurado el visto bueno a falta del apoyo del DUP, el partido unionista norirlandés que tiene diez diputados decisivos en la Cámara de los Comunes.
Reino Unido y la Unión Europea han llegado finalmente a un consenso en materia de Brexit: "todavía queda mucho trabajo por hacer" para llegar a un acuerdo, pese a hallarse a solo tres días de la cumbre comunitaria que debería autorizar un entendimiento, si ambas partes aspiran a un divorcio ordenado el 31 de octubre.
Los embajadores de los 27 países de la Unión Europea ha autorizado a Michel Barnier, negociador europeo, a acelerar las negociaciones, tras la reunión con el ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay para intentar llegar a un acuerdo para la cumbre europea del próximo jueves. La libra reacciona con fuertes subidas. Sube un 1% frente al euro y un 1,4% frente al dólar.
Donald Trump está a punto de llevar su guerra comercial con Europa a un nuevo nivel. Porque incluso dentro de su estrategia cortoplacista, en unas relaciones que plantea como de suma cero, los nuevos aranceles contra los europeos como respuesta al caso de Airbus dispararán la insensatez dentro de la propia irracionalidad de la disputa comercial. Como se han cansado de repetir los europeos, nadie gana en una guerra comercial.
Donald Trump está a punto de llevar su guerra comercial con Europa a un nuevo nivel. Porque incluso dentro de su estrategia cortoplacista, en unas relaciones que plantea como de suma cero, los nuevos aranceles contra los europeos como respuesta al caso de Airbus dispararán la insensatez dentro de la propia irracionalidad de la disputa comercial. Como se han cansado de repetir los europeos, nadie gana en una guerra comercial.