Joaquín Leguina
- 31/01/2018, 00:31
31/01/2018, 00:31
Wed, 31 Jan 2018 00:31:53 +0100
El artículo 6 de la Constitución trata con mimo a los partidos políticos: "Los partidos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son el instrumento para la participación política". A cambio de estas prerrogativas, ese mismo artículo sólo les exige que su estructura interna y funcionamiento sean democráticos. Exigencia que todos ellos se han pasado por el arco de triunfo. Pero también han usado el poder para perpetrar una invasión sobre otros ámbitos que les están vedados: cajas de ahorro, Poder Judicial, ONG... Sabemos por las encuestas que los partidos son hoy las instituciones que gozan de menor confianza. Pero, al mismo tiempo, resultan imprescindibles. García Pelayo ya nos previno sobre la resistencia de las direcciones de los partidos a cualquier regulación porque limita su libertad de acción. Sin embargo, todas las asociaciones y empresas tienen restringida su libertad de organización por las leyes correspondientes. Leyes que dan garantías a los empleados y a los consumidores.