Barça | Perspectiva
- 04/05/2018, 07:59
04/05/2018, 07:59
Fri, 04 May 2018 07:59:58 +0000
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Se marchó en 2012. Le costó mucho tomar la decisión, pero lo hizo porque no veía futuro en aquellas cuatro paredes en las que se había criado. El Camp Nou no parecía más ser su campo de sueños. Con 21 años, hizo la maleta y aprovechando una triquiñuela de su contrato (no jugar un puñado de minutos redujo su cláusula a los 18 millones de euros, un regalo), Thiago Alcántara se buscó un hogar en el que construir sus fantasías oníricas, siempre pegadas a un balón. Como cuando era pequeño y jugueteaba en Vigo con su hermano Rafinha mientras su padre, el mito Mazinho, lo grababa todo. Hoy, seis años después, muchas lesiones más tarde y con mucha más experiencia en el petate, Thiago mantiene intactos esos sueños. Y los quiere ejercer en su casa de siempre. Aquellas cuatro paredes del Camp Nou le siguen llamando. Anhela el retorno al Barça.