Opinión | Alexander Friedman
- 12/11/2016, 19:50
La política del desasosiego económico ha puesto a los electores del Reino Unido y de Estados Unidos en manos de los populistas. Si tan solo, tal como dice la creencia popular, las economías hubieran recuperado un PIB y un crecimiento de la productividad más normal, hubiera mejorado la vida de un mayor número de personas, hubiera decrecido el sentimiento antisistema y la política hubiera recuperado también la normalidad, entonces el capitalismo, la globalización y la democracia hubieran continuado avanzando inexorablemente.