CATALUÑA
- 25/10/2018, 13:54
La noche del 25 de noviembre de 2012 Oriol Junqueras consiguió suturar la herida de su partido. Había llegado un año antes a la presidencia de Esquerra y, tras una legislatura en la que se habían dejado la mitad de sus escaños, lo había logrado. El alcalde de una localidad de apenas 30.000 habitantes -Sant Vicenç dels Horts- sería el jefe de la oposición. ERC volvía a ser determinante tras su particular travesía en el desierto.