- 23/01/2021, 14:00
El clásico inversor de renta fija era alguien que compraba Letras o Bonos del Tesoro y podía echarse a dormir. El apellido fija era suficiente para que pudiera estar tranquilo pues simplemente tenía que ir cobrando los cupones hasta el vencimiento de los títulos. Los fondos garantizados, cuyas estructuras se basaban en la cobertura del capital mediante activos de deuda, se popularizaron en los inversores en los 90 precisamente porque permitían confiar en recuperar el capital a cambio de una pequeña revalorización. Y los fondos puros de renta fija únicamente tenían que realizar una selección muy somera de activos.