- 29/03/2023, 19:26
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Wed, 29 Mar 2023 19:26:47 +0200
La reforma de pensiones que se aprueba hoy por real decreto-ley en el Congreso sirve para cumplir con Bruselas y asegurar la llegada de más fondos Next-Gen. Pero no para paliar los números rojos de la Seguridad Social. Más bien al contrario. Así lo estiman al menos los economistas de Fedea, que prevén un aumento del agujero financiero del sistema hasta rondar los 67.000 millones en 2050, cuando la Seguridad Social arrojaría un déficit cercano al 5% del PIB. Un agujero mucho mayor que el 1,3% que las pérdidas de dicho organismo suponían para la economía en 2019. Un incremento que no cabe tildar de alarmista, ya que se argumenta en la propia reforma de las pensiones cuyas medidas, que también generan dudas en el Banco de España y la AIReF, propiciarán un alza de los ingresos del 1,65%. Un porcentaje que palidece frente al aumento del gasto que Fedea sitúa en el 4,5%. Este incremento de los desembolsos se debe en parte a aspectos demográficos, como el retiro de la generación del baby boom. Pero también a iniciativas muy costosas como el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas por la revalorización con el IPC medio y la supresión del Factor de Sostenibilidad. Ante ello, las subidas de cotizaciones a los asalariados (Mecanismo de Equidad, ampliación de las bases máximas de cotización y cuota de solidaridad) y autónomos (nuevo sistema de cotización) se muestran totalmente insuficientes. En definitiva: el interés electoralista que hay detrás de la reforma del ministro José Luis Escrivá en la que se obvia el recorte del gasto fiándolo todo a los ingresos supone un castigo inútil a los que más cobran y aboca a un mayor desequilibrio en el sistema de pensiones.