- 15/03/2022, 12:32
El grupo químico Basf alcanzó en 2021 su récord de facturación en España con 1.350 millones de euros, un 25% más que el año anterior, cuando los ingresos cayeron un 15% por la pandemia, y por encima de los 1.268 millones de 2019.
El grupo químico Basf alcanzó en 2021 su récord de facturación en España con 1.350 millones de euros, un 25% más que el año anterior, cuando los ingresos cayeron un 15% por la pandemia, y por encima de los 1.268 millones de 2019.
Basf ampliará su capacidad productiva en su complejo de Tarragona, en el que invertirá 30 millones de euros este año y donde en el futuro también quiere incorporar el negocio de reciclaje químico que está impulsando la compañía alemana, y que consiste en transformar residuos plásticos ahora no reciclables en materias primas (aceite de pirólisis).
Konstantin Kretschun es el nuevo director de la División de Soluciones Agrícolas de BASF en España, tras el mandato de Silvia Cifré. Kretschun ha sido uno de los encargados en el desarrollo de soluciones digitales de la compañía.
En el Grupo Basf tienen la sostenibilidad en el centro de su propuesta de valor. Esta empresa combina el éxito económico con la responsabilidad social y la protección del medio ambiente. Así lo ha demostrado a lo largo de su trayectoria. El año pasado se cumplieron 25 años de su primera estrategia global de sostenibilidad. Es una de las pocas compañías del mundo que participó en la redacción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) junto a la ONU, en sus grupos de trabajo. Y, además, en 2018 fue reconocida como empresa líder por el pacto mundial de Naciones Unidas.
La multinacional alemana BASF ha identificado el 5G como una de las tecnologías clave para su proceso de transformación digital y ha cerrado un acuerdo con Cellnex para instalar en el centro de Tarragona la primera red privada basada en esta tecnología en la industria química española.
Días atrás, una noticia impactó entre los hombres y mujeres de negocios en la Argentina. La multinacional Brightstar, firma norteamericana dedicada a la fabricación de productos electrónicos, anunció que vendía a un competidor local sus operaciones en el país por la módica suma de 1 dólar (en rigor, cincuenta centavos de dólar, a la cotización libre). Tenía 450 empleados, cuentas sanas y contratos para fabricar unos 2 millones de celulares por año para las asiáticas LG y Samsung.
Este miércoles se confirmará el momento preciso del fin del confinamiento: la medianoche que separa el sábado 20 del domingo 21 de junio. Para entonces, la evolución de la pandemia en España debería estar en las últimas. Si crecimiento de los nuevos contagios diarios ahora ronda el 0,05% del total, en línea con los mejores países vecinos, para entonces estará muy cerca del cero. En las últimas 24 horas no se han censado muertes por COVID-19, aunque la información de las defunciones debe cogerse con pinzas debido a la actualización aún pendiente de varias comunidades. Seguir al dedillo las variaciones diarias puede dificultar el análisis del conjunto. Por eso, para evitar que los árboles impidan ver la magnitud del bosque, conviene tomar distancia y ponderar las cifras agrupadas cada 14 días, correspondiente al periodo máximo en el que se manifiesta alguna infección. Bajo ese rasero, los 955 nuevos casos diagnosticados cada 14 días se reducen a 247 en los últimos siete días. Con la misma escala, la Incidencia Acumulada (IA) de casos diagnosticados desciende de los 13,32 casos cada 100.000 habitantes y hasta los 5,51 afectados en siete días. Es decir, el ritmo de las desescalada continua por la senda correcta, con reducción de enfermos en los hospitales y salas de cuidados intensivos. En la última semana han precisado hospitalización 243 personas, 11 de ellas en UCIs, unas cifras digeribles por los sistemas de salud. Además, Sanidad asegura que los brotes producidos en los últimos días están muy controlados, sin gente por ahí perdida que pudiera transmitir el virus.
En un contexto como el actual, al cazadividendos se le ha complicado la tarea. Las cancelaciones y recortes en las políticas de retribución de las compañías a lo largo y ancho del globo y, en muchos casos de manera sorpresiva, han dificultado el encontrar dividendos, principalmente atractivos. Y eso que las caídas brutales que han sufrido las empresas cotizadas deberían haber disparado las rentabilidades que ofrecen sus pagos.