ONG
- 05/08/2018, 10:44
05/08/2018, 10:44
Sun, 05 Aug 2018 10:44:40 +0200
Embutida en sus 'shorts' y sus sandalias, María aguanta el sofocante calor de la calle madrileña de Preciados como mejor puede. En su mano sostiene una carpeta con el logo de Aldeas Infantiles, llena de solicitudes para hacerse socio, y su 'pitch-card', una suerte de planilla plastificada con información sobre los proyectos de la ONG. La mayoría de los transeúntes pasan rápido, evitando hacer contacto visual con ella. Han oído cientos de veces lo que les quiere contar. Y también saben que va a pedirles los datos bancarios. Allí, en ese preciso instante, en la calle. Le han enseñado que no debe dejarles que se lo piensen, ni pedirles el número de teléfono para contactar con ellos después. Tienen que hacerse socios de inmediato: cualquier otra cosa es veneno para las ventas. Porque eso es exactamente lo que hace María: vender. Vender solidaridad a cambio de un sueldo de 580 euros al mes.