Política
- 10/01/2020, 07:15
10/01/2020, 07:15
Fri, 10 Jan 2020 07:15:42 +0100
Pablo Iglesias ha peleado para lograr el control de la Agenda 2030 en el nuevo Gobierno diseñado por Pedro Sánchez, del que será vicepresidente, porque este control le brinda la posibilidad de convertirse en un auténtico Ejecutivo dentro del equipo de Moncloa, por las prerrogativas que este cargo le confiere. Y ello, a pesar de los controles pactados entre el PSOE y Unidos Podemos (UP) para que cada Ministerio respete su ámbito competencial y mantenga una política coordinada de comunicación. Con este trasfondo, UP recibió con sorpresa y afectación el anuncio realizado por La Moncloa el jueves de que el próximo Gobierno de coalición tendrá cuatro y no tres vicepresidencias, como estaba previsto en un principio. En este sentido, la designación de la vicepresidenta de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, supone un hachazo a esas pretensiones de Iglesias, ante el que su partido no supo reaccionar. No en vano, esta cuarta vicepresidencia limita la discrecionalidad que, sin las competencias de Ribera, hubiera tenido Iglesias para manejar la citada Agenda 2030.