El pasado miércoles los embajadores del Reino de los Países Bajos, Matthijs van Bonzel y Cristina Gómez de Van Bonzel, ejercieron de anfitriones de la presentación y cata de los productos de la bodega Viticultores Heróicos Asturianos (Vitheras).
Al comienzo de la presentación el embajador del Reino de los Países Bajos dio la bienvenida a los asistentes, y cedió la palabra a Carlos Ron, director de la bodega, quien dirigió a los asistentes para presentar los productos que iban a disfrutar.
Al evento, acudieron una importante representación de la sociedad madrileña y asturiana, destacando la presencia de los embajadores de Mónaco, Letonia, Chipre, Qatar, Palestina, Moldavia y Guinea. También estuvieron Francisco Álvarez-Cascos que fue acompañado de su esposa, María Porto, Javier Cremades, Rafael Ansón, Carmiña Espinosa de los Monteros, los Duques de Sevilla, Manuel Rodríguez de Maribona, el Conde de Carrión de Calatrava, Juan Alvargonzález y Figaredo, Alfredo Leonard, acompañado de su esposa María Queipo de Llano; el Coronel Jefe del Regimiento Asturias, acompañado de su esposa, Pau Roca; el presidente de la Federación Española del Vino, Ángel Ron, acompañado de su esposa; y las empresarias Massi y Nasrin Massumeh. Entre otros muchos asistentes, fueron los afortunados de degustar los excelentes caldos de Vitheras en el inmejorable marco de la Residencia de los Países Bajos en España.
Los viñedos de esta bodega se encuentran situados en el pueblo de Carballo (Cangas del Narcea) y han estado dedicados al cultivo de la vid desde tiempo inmemorial, constando documentados desde 1556 (siglo XVI).
En las últimas décadas, la familia decidió recuperar éstos antiguos viñedos con el objetivo, no solo de ofrecer un vino único y de la máxima calidad, sino también de compartir la historia y tradición, que a lo largo de muchas generaciones, se ha ido transmitiendo. Hoy en día se vuelve a cultivar el Albarín Blanco, el Verdejo Negro o el Albarín Negro, cepas que antaño producían los magníficos vinos que el mismísimo Jovellanos citaba en sus diarios, en el otoño de 1752.