En el interior de una montaña del estado de Texas, EEUU, ha comenzado la construcción del The Clock Of The Long Now, un reloj que está diseñado para medir el tiempo durante al menos 10.000 años sin necesidad de intervención humana. Este proyecto, impulsado por la fundación Long Now que promueve la filosofía del pensamiento a largo plazo, ha tenido como uno de sus principales inversores al multimillonario Jeff Bezos. El fundador de Amazon ha invertido en este proyecto y en los últimos seis años 42 millones de dólares.
Este reloj espera ser el primero de muchos relojes milenarios que el equipo de diseñadores de Long Now Foundation pretende construir en todo el mundo para hacer reflexionar sobre el 'cortoplacismo' de la sociedad actual. "Si un reloj puede seguir funcionando durante 10 milenios, ¿no deberíamos asegurarnos de que nuestra civilización también lo haga? Si este reloj puede seguir funcionando después de que hayamos muerto, ¿por qué no intentar otros proyectos que requieren que las futuras generaciones terminen?", aseguran.
Danny Hillis, inventor e ingeniero informático, y Stewart Brand, un biólogo, crearon Long Now Foundation en el año 1996 para concienciar a la sociedad sobre la importancia de tomar partido sobre el futuro: "No puedo imaginar el futuro, pero me importa. Sé que soy parte de una historia que comienza mucho antes de que pueda recordar y continúa mucho más allá cuando alguien me recuerde. Siento que estoy vivo en un momento de cambios importantes, y siento la responsabilidad de asegurarme de que el cambio salga bien", dice Hillis.
La ubicación
Ubicado debajo de una remota montaña de piedra caliza cerca de Van Horn, en una propiedad de Jeff Bezos, llegar hasta las instalaciones del The Clock Of The Long Now necesita de una travesía en ascenso de un día hasta alcanzar los 600 metros de altura, donde se encuentra el acceso a las instalaciones. Este reloj, que espera alcanzar los 60 metros de altura, se está construyendo en una cavidad de 152 metros de alto. Esta localización ha sido clave para el desarrollo del proyecto porque las condiciones ambientales son esenciales para la perdurabilidad de los materiales utilizados, entre ellos, el acero inoxidable grado marino 316. La montaña se encuentra en un desierto alto y seco, y la temperatura de la cavidad es muy uniforme durante todas las estaciones. "Para la longevidad, un entorno de 10 000 años es más importante que el material del artefacto", explica el proyecto.
El funcionamiento
El corazón del reloj es un péndulo de torsión de titanio que late una vez cada 10 segundos. El peso descendente que impulsa el reloj se puede mover a mano, pero también gracias a la energía solar: la luz del sol a través de una abertura en la cámara incide en un cilindro lleno de aire. La expansión de este cilindro proporciona suficiente energía para levantar ligeramente el peso que cae, y también proporciona una referencia horaria del mediodía solar para corregir el reloj.
Una característica energética clave para el reloj es que las pantallas no están activas hasta que un humano entra en la cámara del reloj y acciona completamente el mecanismo. Una vez que el peso está en su posición más alta, la hora se mostrará en el dial principal del reloj, las posiciones de los planetas en el techo de encima del reloj se actualizarán, y un mecanismo de sonido complejo hará sonar la hora.
De esta manera, si nadie ha visitado las instalaciones en un tiempo, el reloj estará mostrando la última hora que accionó el último visitante. "Para ahorrar energía, el reloj no moverá sus diales a menos que sean girados, es decir, alimentados por un visitante", explica la fundación.
Entonces, ¿cómo funciona el reloj si nadie lo visita durante meses, o años, o quizás décadas? El reloj está diseñado para funcionar durante 10.000 años, incluso si nadie visita (aunque no mostraría el tiempo correcto hasta que alguien lo visite). Si no hay visitas durante largos períodos de tiempo, el reloj usa la energía capturada por los cambios en la temperatura entre el día y la noche en la parte superior de la montaña para alimentar su aparato de cronometraje. En un lugar como la cima de una montaña, esta diferencia diurna de decenas de grados de temperatura es significativa y, por lo tanto, poderosa.
Así mientras haya luz del sol y llegue la noche, The Clock Of The Long Now puede controlar el tiempo sin ayuda humana. Pero no puede sonar por sí solo, o mostrar el tiempo que sabe, por lo que necesita visitantes humanos. No obstante, si el sol incide con más frecuencia de lo esperado, y si las noches son más frías de lo normal, la potencia adicional generada por esta diferencia servirá para accionar el reloj. "Eso significa que con el tiempo, en condiciones ideales, el sol podrá dar las campanadas", aseguran.
Estas campanas además se regirán por una computadora mecánica que está preparada para calcular más de 3.5 millones de melodías diferentes. El objetivo es que las campanadas nunca se repitan para que la experiencia de cada visitante sea única.
The Clock Of The Long Now está ahora en construcción. Si bien no hay una fecha de finalización programada, la organización espera abrir la instalación al público una vez que esté abierta. Sin embargo, Long Now Foundation teme que el mayor problema para este reloj se estropea son los efectos de los visitantes humanos.