Si hay algo en el mundo que le tenemos que agradecer a los americanos eso es el famoso cheescake neoyorquino. Esta tarta de queso es todo un lujo para el paladar y, como podía ser de otro modo, también cuenta con alguna que otra versión gourmet de precio realmente desorbitado.
El Ristorante Rafele de Nueva York puede vanagloriarse de cocinar la tarta de queso más cara del universo. Y esto no lo decimos nosotros, sino que cuenta con su propia mención en el famoso Libro Guinness de los Récords. El motivo de tal revuelo es que cada una de estas exquisitas tartas cuestan 4.500 dólares. ¿Por qué? Pues claramente por la exclusividad de los ingredientes empleados en su elaboración.
Ingredientes exclusivos y únicos
En este restaurante italiano de Nueva York se elabora un cheescake de lujo auténtico. Para lograr que los sabores sean casi impagables, traen gran parte de los ingredientes directamente desde Italia. Además, no se trata de ingredientes cualquiera, sino que apuestan por las mejores exquisiteces del momento.
En lugar de usar el clásico queso crema que se utiliza para la tarta de queso tradicional, en Rafele recurren al queso ricota, que exportan desde una productora artesana de Italia y es utilizado al día siguiente de su llegada a las cocinas neoyorquinas. Además de esto, también incluyen unas notas de trufa blanca italiana en su receta.
Pero, sin duda, uno de los ingredientes más exclusivos es el coñac. Para ello, usan un Hennessey Paradise, de 200 años de maduración. Cada botella de esta bebida ronda los 2.500 dólares. Y, obviamente, no podía faltar el oro en la elaboración de la tarta de queso más cara del mundo. Lo incluyen en la parte superior de la tarta, donde también aparece el logotipo del restaurante.
Si viajas a Nueva York y te apetece probar un poco de este manjar tendrás que desembolsar casi 5.000 dólares, pero también puedes degustar una versión de la cheescake algo más económica, que solo cuesta 10 dólares por cada porción de tarta.
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