Unos cincuenta mil españoles viajaron al archipiélago de Malta, que incluye las islas menores de Gozo y Comino, el pasado año. No está mal, teniendo en cuenta lo desconocida que es esa Isla entre nosotros y lo unida que ha estado a España a lo largo de su historia. Hasta junio de este año ostentara la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, por lo que parece un buen momento para echar una ojeada al país.
Malta es sumamente dependiente del turismo internacional cuya aportación al PIB es de casi un 15%, cerca de tres veces más que España. Se trata fundamentalmente de turismo de sol y playa, de origen europeo, especialmente británico, en general joven y que presta poca atención a las joyas artísticas e históricas del país. Un buen número de los que no son británicos van a estudiar inglés, idioma oficial, junto con el maltés. Los precios, mucho más baratos que en Inglaterra, y la bondad del clima son poderosos argumentos. La mayor parte de los centros se encuentran en las ciudades turísticas de St. Julians y Sliema.

Los 450.000 habitantes compiten con los turistas por un espacio escaso e interesante, por el que pasaron invasores de todo tipo, dada la posición geográfica del país en el sudeste del Mediterráneo. La isla está habitada desde el siglo segundo del quinto milenio antes de Cristo, cuando llegaron los primeros pobladores procedentes de la vecina Sicilia. Esos habitantes primigenios construyen entre el 4.000 y 2.500 AC los monumentos megalíticos como los templos de Hagar Quim que todavía hoy pueden admirarse. Después se instalaron fenicios, griegos, cartagineses y romanos, que convirtieron a la Isla en refugio de la flota durante el invierno; árabes y normandos.
En 1.282 pasa a la corona de Aragón, y es española hasta 1.530 en que es cedida por Carlos V a la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan, a partir de entonces llamada Orden de Malta, que habían sido expulsados de Rodas por los turcos. El pago simbólico fue de un halcón al año, lo que inspiro a Dashiell Hammet su novela El Halcón Maltes, llevada al cine por John Huston con Humphrey Bogart.

En 1565 resistió el asedio turco, gracias al apoyo de los tercios españoles trasladados desde Sicilia por la flota al mando de D. Alvaro de Bazán, el Marqués de Santa Cruz. El Gran Maestre de la Orden, Jean Parisot de la Valette, héroe de la defensa, organiza la construcción de la ciudad que lleva su nombre. Los caballeros gobernaron la Isla hasta que Napoleón decidió echarlos en 1798. Dos años después paso a manos británicas hasta la independencia en 1964, aunque el control ingles de puertos y aeropuertos duro hasta 1979.
La concatedral de San Juan en La Valeta esconde una joya que bien merece el viaje. La Decapitación de San Juan Bautista es no solo la mayor obra de Caravaggio por tamaño 361X520 cmts sino que en opinión de algunos expertos representa el culmen de su creación. Es también la única obra firmada por el artista. Datada en 1608, año de sus estancia en Malta, al igual que el otro cuadro suyo "San Jerónimo escribiendo", también en la Catedral y de tamaño mucho menor, poco antes de su huida a Sicilia.
Es interesante el Museo Nacional de Bellas Artes con una gran colección de obras de Mattia Preti y algunas mansiones de finales del XVI como la Casa Rocca Picola y el antiguo Palacio del Gran Maestre, actual Parlamento. La pequeña ciudad, de tan solo 8000 habitantes, fue declarada Patrimonio Universal de la Unesco en 1980. En 2018 será capital Cultural europea. En su muy reducido espacio alberga 25 iglesias, buen recordatorio de la importancia de la religión, católica por supuesto, que ha conseguido que Malta sea el único país de la Unión Europea que prohíbe el aborto incluidos los caso de violación y de peligro para la vida de la madre . El divorcio solo fue aprobado en 2011 tras un disputado referéndum.
La naturaleza es otro atractivo de Malta, los farallones de Sur, o las playas de Norte son bien conocidas. La playa de la Laguna Azul en Comino se abarrota en los días cálidos. Desgraciadamente otro de sus grandes atractivos naturales La Ventana Azul, en la vecina Gozo, un arco de roca caliza de 28 metros de alto se derrumbó recientemente por el fuerte oleaje. Quedará para el recuerdo tras ser uno de los escenarios de la primera temporada de Juego de Tronos. Y es que la Isla es un verdadero set en el que se llevan a cabo innumerables rodajes gracias a sus ventajas al contar con empresas especializadas, buenos precios, paisajes adecuados, clima benigno y población de habla inglesa. Allí se han rodado Gladiator, Troya y Agora entre otras.
Las mejoras épocas para visitar son la primavera y el otoño, enero y febrero son lluviosos y ventosos y julio y agosto húmedos y calurosos. Hay una gran variedad de alojamientos con precios que varían fuertemente según la época del año. La gastronomía, con influencias sicilianas y orientales y a pesar de la buena voluntad de los locales, no tiene mayor interés. El plato nacional es el conejo adobado al ajillo; los abundantes pescados se cocinan sin gracia, pero siempre nos queda el recurso a la pasta, en múltiples formas, algunas originales. Las bodegas locales están haciendo esfuerzos para mejorar la calidad de sus caldos, pero aún les falta un buen trecho. La bebida reina es la cerveza, especialmente en verano.