Estas fechas son las adecuadas para lanzarse a ese tipo de productos que el resto del año no se suelen tomar. El caviar, el señor de una cena de lujo, debe tomar su presencia en la medida en que sea posible. Un jamón ibérico y un buen queso curado son irrenunciables. Y una carne roja potente y un marisco fresco son el plato fuerte que bien merece un "que aproveche".