La Copa del Mundo 2014 en Brasil tuvo espectadores de lujo: desde el famoso jugador de fútbol David Beckham y el cantante Mick Jagger, hasta la canciller de Alemania Angela Merkel y los presidentes Jacob Zuma de Sudáfrica y Vladimir Putin de Rusia. Incluso la realeza estuvo representada en el evento con la presencia del príncipe Harry de Inglaterra y los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde. Sin embargo, más allá de las personalidades y celebridades, la atención de la prensa y el público también se concentró en un espectacular yate, el Topaz, que acogió al actor estadounidense Leonardo DiCaprio durante su estancia en el país sudamericano. Información facilitada por la web de estilo de vida de lujo azureazure.com.
Con una longitud de más de 147 metros (482 pies), el Topaz está entre los yates privados de lujo más grandes del mundo. Es propiedad del multimillonario Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, viceprimer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y miembro de la familia real de Abu Dabi. Curiosamente, el jeque Mansour, como se le conoce al príncipe, también es un apasionado del fútbol y dueño del equipo de fútbol inglés Manchester City.
Pero el imponente yate no sólo sobresale por sus dimensiones, también es uno de los más lujosos y cómodos del mundo (junto al Azzam o al Lady Moura). Cuenta con gimnasio, piscina, dos jacuzzis, salón de conferencias, sala de cine y ascensor, además de dos helipuertos. Su interior fue diseñado a la medida por Terence Disdale y el exterior es obra del famoso equipo de Tim Heywood Design. Los experimentados astilleros Lurssen Yachts, de Bremen-Vegesack en Alemania, tuvieron a su cargo la construcción de este majestuoso yate.

Por ser propiedad de un miembro de la realeza, los fabricantes y diseñadores no han proporcionado detalles de su interior. No obstante, se sabe que Disdale, responsable del diseño interior de la nave, la ha dispuesto y equipado como 'una casa de playa'. Se trata de un concepto de diseño de yates de lujo que potencia un estilo distendido y funcional de 'vivir' la experiencia de navegar, evitando los ambientes excesivamente formales y severos propios de una mansión familiar.
Disdale ha dispuesto los jacuzzis en la cubierta de popa, junto a la piscina, que de noche se ilumina con haces de luces de colores mediante un sistema de iluminación subacuática. Sus ocho cubiertas se comunican mediante un ascensor que da acceso a las pistas de helicópteros, a las plataformas de baño y al gimnasio perfectamente equipado con lo más novedoso en tecnología deportiva. El megayate cuenta, además, con lanchas auxiliares a las que se puede llegar desde ambas esloras del buque, o a través de la popa, donde hay un solárium y una gran plataforma con escaleras para llegar al agua o acceder a los numerosos juguetes acuáticos que lleva en la bodega: desde motos de agua, lanchas neumáticas y un pequeño catamarán, hasta, incluso, un minisubmarino.
El espectacular Topaz, con su estilo futurista y su diseño funcional, es además uno de los superyates de lujo más caros: en el 2012, su propietario el jeque Mansour pagó por él alrededor de 527 millones de dólares.