La industria de la moda es una cantera de pros y contras. Suscita tanto elogios como críticas de lengua afilada que encienden la mecha de la polémica. Su nuevo campo de detonación son las redes sociales; y esta vez, el trending del día ha caído sobre lo que podría convertirse en el nuevo accesorio de los raperos o los deportistas de estilo más excéntrico.
Un proyecto que, según ha rebelado su diseñador Jeremy Scott para templar los ánimos, amenaza con quedarse en el backstage. En materia de deporte, Nike es quien arrastra un bagaje de críticas, especialmente en lo que a publicidad degradante se refiere. Pero ahora, las protestas del momento se centran en la marca Adidas y en el nuevo modelo que planean sacar al mercado: unas estridentes deportivas de color naranja y morado con unas aún más estridentes cadenas del primer color que se amarran a los tobillos de su dueño.
La excesiva modernidad y el deseo por despuntarse en originalidad les ha pasado factura. El modelo, bautizado con el nombre de "Roundhouse Mid Handcuff", ha suscitado un aluvión de comentarios en el muro de la casa deportiva: la mayoría de los 3.500 registrados hasta el momento, despectivos y tildando el modelo de racista, ya que recuerda a los grilletes con los que se encadenaban a los esclavos africanos en el pasado y a quienes condenaban a trabajar en las galeras. Las cadenas evocan la falta de libertad y el dolor, dos elementos que no concuerdan con la sensación de alguien corriendo una marathon o, simplemente, por el campo. Al aire libre, sin ataduras.
Aunque Adidas se ha disculpado públicamente asegurando que las zapatillas no se crearon con intención ofensiva, sino que responden a la visión de moda peculiar de su diseñador y a la inspiración de un viejo juguete de los 90 (Pet Monster), lo más probable es que no lleguen a los escaparates con tal de no reavivar la mecha, a pesar de quienes han admitido en internet que el diseño les había seducido hasta el punto de decidirse a pagar por ellas los 350 dólares a los que iba a ascender su precio.