El aniversario de una ley de protección: la ciudad relojera alemana de Glashütte goza desde hace tiempo de una fama a nivel mundial entre los amantes de los relojes. Este hecho se reafirmó hace un año, en febrero de 2022, cuando entró en vigor el Reglamento de Glashütte. La protección más estricta para la denominación de origen de los productos técnicos alemanes es, para los clientes, una garantía de la excelencia de su calidad.
En su primer aniversario, se descorchan botellas en la ciudad relojera enclavada entre las laderas de los montes Metalíferos del este de Alemania, y es que hay motivos más que suficientes para estar de celebración: hace un año, el 22 de febrero de 2022, entró en vigor el Reglamento de Glashütte poco después de que el Bundesrat, la cámara alta del parlamento alemán, lo aprobase. Un distintivo para la ciudad relojera ya que la denominación de origen "Glashütte" ha adquirido un estatus privilegiado gracias al nuevo reglamento. Los relojes de Glashütte son tan apreciados por los expertos como las grandes marcas suizas y gozan desde entonces de una protección a nivel jurídico completa. A diferencia de Hecho en Suiza, que se aplica a todo el país suizo, Glashütte se limita a una región geográfica diminuta gracias a que su tradición y su artesanía son especiales, lo que hace que sea aún más específico y se proteja más. Con el Reglamento de Glashütte es la segunda vez que se concede un estatus privilegiado a un producto técnico alemán como denominación de origen. El primero fue el Reglamento de Solingen, en 1938, para su cuchillería.
El Reglamento de Glashütte o Lex Glashütte tiene repercusión a nivel internacional, pues afecta por igual a la política jurídica, a la económica y a la política estructural de la región. El alcalde Sven Gleißberg afirma: "Este reglamento nos otorga un fundamento significativo para el desarrollo de la industria relojera y protege los puestos de trabajo de la ciudad". Uwe Ahrendt, director ejecutivo de NOMOS Glashütte, añade: "El Reglamento de Glashütte está en consonancia con la historia de Glashütte: Protege lo que se ha concebido y logrado en la ciudad durante los más de 175 años de tradición relojera, lo que se traduce en un fundamento jurídico que beneficia a todos los fabricantes locales". Pero, sobre todo, son los clientes de cualquier parte del mundo los que se benefician de esta protección jurídica, ya que la inscripción "Glashütte" de los relojes es también una garantía de que la gente de la ciudad los ha fabricado aquí de forma artesanal. Una garantía de calidad puesto que, en palabras de Ahrendt, "cualquiera que use este nombre debe cumplir de forma estricta lo estipulado en el Reglamento"
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