Casi 50 años después de su muerte, Picasso sigue siendo para el imaginario colectivo uno de los mejores artistas del siglo XX y padre del movimiento cubista, junto con George Braque. Tanto es así, que durante el próximo año tendrá lugar la Celebración Picasso 1973-2023, acordada entre Francia y España el pasado 15 de marzo de 2021, que conmemora el aniversario de su muerte. A pesar de ello, su figura no está exenta de polémica.
Durante la celebración del Año Picasso 1973-2023, tendrán lugar aproximadamente medio centenar de exposiciones en todo el mundo, la mayoría situadas en Francia, España y Estados Unidos. "Hay una relectura de la obra de Picasso que ya ha empezado en Madrid. En este momento hay dos grandes exposiciones abiertas: la de la Fundación Mapfre, que trata sobre la relación de Picasso con Julio González y los trabajos que hicieron juntos, y, en el Museo Nacional Thyssen, una sobre la relación entre Picasso y Coco Chanel, que demuestra cómo trabajaron juntos y se influyeron mutuamente", explica Carlos Alberdi, máximo responsable de la comisión que preside los actos, quien afirma que el objetivo de la conmemoración es "hacerle un gran homenaje a Picasso por el 50 aniversario de su muerte, ya que nunca se ha hecho de esta manera hasta ahora".

Sin embargo, a pesar de que su obra sigue siendo reconocida a nivel mundial, hay ciertos aspectos de su vida personal que, bajo los estándares de la sociedad actual, se están poniendo en entredicho. Es el caso de su relación con las mujeres que, en muchas ocasiones, ha llegado a ser calificada como de abuso, maltrato y misoginia.
Y es que, precisamente, este tema enturbió la presentación oficial del Año Picasso, que tuvo lugar en el Museo Reina Sofía de Madrid el pasado 12 de septiembre. Durante el acto, los ministros de cultura de España y Francia, Miguel Iceta y Rima Abdul Malak, tuvieron que hacer frente, con ciertas dificultades, a cuestionamientos sobre la vida privada de Picasso y su carácter violento.

Pero no es la primera vez que se denuncia este aspecto de forma pública. El 1 de junio del año pasado, un grupo de estudiantes de arte participaron en una acción dentro del Museo Picasso de Barcelona, para denunciar la misoginia del pintor. María Llopis, artista feminista e impulsora de esta protesta, de la que formó parte junto con sus alumnas, explica que la manifestación surgió de la asignatura que imparte en su curso de Arte y Feminismo, en la que reflexionan sobre "mujeres artistas que pararon su carrera creativa de forma abrupta debido, en muchos casos, a matrimonios o a empezar una relación sentimental". En estas clases, ella y sus alumnas se interesaron por Dora Maar, una de las amantes conocidas del pintor. "Ella era una reputada fotógrafa surrealista que a los 30 años conoce a Picasso y deja de hacer fotografía. Él le aconsejó que comenzara a pintar", comenta. Para esta pintora, lo importante es "hablar de toda la verdad. No informar de que Picasso fue un maltratador a la hora de abordar su vida sería como si la obra pictórica de Hitler hubiera tenido relevancia y no se comentara nada del nazismo".
Lo cierto es que en algunas biografías del pintor consta que ejercía malos tratos físicos sobre sus parejas, como por ejemplo en la publicada por Arianna Huffington, que afirma que quemaba con cigarrillos a Marie-Thérèse Walter y que a Dora Maar la golpeó hasta dejarla inconsciente. Esta versión es corroborada por la autobiografía de Françoise Gilot, la última de las mujeres que mantuvo una relación sentimental con Picasso, que aún continúa con vida, y que afirma en su libro Mi vida con Picasso: "Agarró el cigarrillo que estaba fumando, lo acercó a mi mejilla derecha y lo sostuvo ahí" y es que, según la francesa, "todo el mundo sabía de lo explosivo de su mal genio". Incluso su propia nieta, Marina Picasso, escribió: "Las sometía a su sexualidad animal, las domesticaba, las hechizaba, las devoraba y las aplastaba en sus lienzos. Después de pasar muchas noches extrayendo su esencia, una vez desangradas, se deshacía de ellas". Como resultado, Dora Maar enloqueció y Marie-Thérèse Walter y Jacqueline Roque se suicidaron.

Para Carlos Alberdi, es necesario considerar este tema bajo la mirada de aquella época. "Algunos aspectos de su relación con las mujeres eran chapados a la antigua, puesto que él nació en el año 81, en el siglo XIX. A la vez, sus relaciones de pareja también se mezclaban con lo profesional y, en eso, también era moderno". Tenía un estilo de vida de artista de bohemio, que no responde a una vida convencional", afirma. Sin embargo, reconoce que, el de Gilot, es "un libro con algunos reproches. En él dice que para poder desarrollar su carrera artística necesitaba separarse de Picasso". Esto podría relacionarse con el descenso del trabajo de Dora Maar, pero Alberdi lo niega: "Mantuvo su carrera de fotógrafa e intentó ser pintora también".
Hoy en día, en la época de la cancelación, estas circunstancias no invalidan la obra del artista, pero siembran un halo de duda a su alrededor.