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Ayala le Blanc de Blancs 2015, la quintaesencia de la 'Chardonnay' en una añada excepcional

  • Producido en cantidades limitadas sólo en años excepcionales, resalta toda la elegancia y la pureza del Chardonnay de la Côte des Blancs
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La Maison Ayala presenta Le Blanc des Blancs 2015, una cuvée resultado de un savoir-faire artesanal, inspirado en la pureza y elegancia. Con una crianza prolongada durante 6 años, bajo dosaje y alta calidad de sus uvas de una añada excepcional, Le Blanc de Blancs reúne tres de los mejores Grands Crus realzados por una selección de notables Premiers Crus.

Una referencia de estilo puro y sedoso, 100% Chardonnay –variedad emblema de la casa-, procedentes de las mejores parcelas de la Champagne, concretamente de las subzonas de la Côte des Blancs - Chouilly, Cramant, Le Mesnil-sur-Oger, Cuis, Vertus-. Le Blanc des Blancs realza la esencia del terruño donde los suelos de Craie (de tiza) sirven de sustento a la variedad blanca reina por excelencia.

Elaborado a través de métodos artesanales, procesos minuciosos y, tras una extensa crianza sobre lías, Le Blanc des Blancs se erige como la esencia del Chardonnay y uno de los champagne más exclusivos de la casa.

La plenitud de los Grands Crus y Premiers Crus con el sello artesanal de la casa

Con sede en Aÿ y fundada en 1860, Champagne Ayala es una de las Maisons pioneras en introducir un estilo de vino más seco y sigue preservando el espíritu de excelencia transmitido por su fundador Edmond de Ayala. Cada cuvée expresa la elegancia de la Chardonnay y la singularidad de un lugar donde cada proceso se realiza in situ, a partir de una diversidad de pagos únicos en Champagne.

La crianza de Le Blanc des Blancs 2015 se prolonga durante seis años en bodega, en las cavas de la Maison, permitiendo el desarrollo de una compleja gama aromática. Posteriormente, las botellas son removidas a mano en pupitres tradicionales y por último, se procede a su degüelle manual. Como resultado, la añada 2015 ha dado lugar a un champagne amplio y generoso que combina la complejidad y vivacidad para un equilibrio perfecto. Un año de gran calidad que subraya el carácter excepcional de la cuvée.

Así, en nariz se aprecia una gran frescura aromática, además de flor de azahar, ralladura de yuzu, melocotón blanco y toque de jengibre. En boca destaca su mineralidad, frescura y viveza, preceden notas a frutas blancas, miel de acacia, toque de pastelería y cítricos. De paso largo que aporta complejidad y redondez, haciendo que cada trago sea una experiencia inolvidable. Es ideal tanto para tomar solo como para armonizar el aperitivo o preparaciones como el ceviche, arroces melosos o estofados de carne.

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