"Bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces bebo cuando estoy sola. Si tengo compañía lo considero obligatorio. Coqueteo con él si no tengo hambre y me lo bebo cuando la tengo. De lo contrario nunca lo toco, a menos que tenga sed". Las declaraciones de Madame Bollinger para el London Daily Mail en 1961 no han perdido significado con los años. Al contrario, se mantienen más actuales que nunca. Está demostrado que una botella de champán en una mesa invita a extender una conversación, la hace incluso más locuaz y, entre muchas otras cosas, anima a pedir la segunda. Lo decía Dickens, "el champagne es uno de los extras elegantes de la vida". Es la elegancia en sí misma. El estilo y también la extravagancia. El champán es el vino más valorado en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento, a plena luz del día o bajo la luna, para celebrar un éxito o para aceptar una derrota. Pero como todo lo bueno de esta vida, hay que aprender a apreciarlo.
Champagne "Fleur de Miraval" - Brad Pitt

Lo primero que hay que saber es que el champán es un tipo de vino espumoso elaborado por al método champenoise (de ahí su nombre) en la región de Champaña, en el noreste de Francia. Es una denominación de origen protegida, por lo que, como el propio nombre ya adelanta, el champagne o champán en español, solo puede elaborarse en Champagne. Por lo que decir "champán francés" no sólo es una obviedad, sino también una paletada.
"El champagne es un vino de aperitivo, de comida y postre, de noche y de día, de alegrías y de penas, ese es el verdadero éxito de esta bebida. No hay un mal momento para tomar una copa", asegura Omar Bravo, Brand Ambassador Spain de Bollinger y Ayala. "Abrir una botella de champagne es celebrar la vida y la belleza", añade. "La compañía, el escenario, la comida, el propio vino, todo se realza al descorcharla".
Viñedos de Louis Roederer
Disfrute a la francesa
Para iniciarse en este mundo de hedonismo líquido conviene empezar por un blanco 'non millesime', que son champanes sin añada, habitualmente más frescos y menos complejos, perfectos para un desayuno en un gran hotel o un aperitivo con vistas al mar. Después de haber acostumbrado el paladar a la burbuja fina y refrescante del champán joven, podemos atrevernos con algo menos fresco y un poquito más viejo. "La frescura está en el ADN del champagne, pero la edad le aporta matices mucho más complejos", recuerda Bravo. Los grandes champanes se definen por su elegancia, cremosidad, frescura, complejidad y carácter. Atributos que se alcanzan gracias a largas crianzas en botella en contacto con sus lías.

El champán se sirve preferiblemente en copa de vino blanco. Nota mental: la copa tipo flauta solo es para la foto. Es elegante y hace que el baile de burbujas se mantenga más tiempo, pero para disfrutar de todos los matices del champán no es la más adecuada. Lo ideal es usar una copa un poco más amplia y abierta, que permita al espumoso respirar y expresarse como el gran vino que es. "Se sirve de una sola vez en la copa, manejando la espuma inclinándola levemente", explica Omar Bravo. "Hay que conseguir que las burbujas jueguen durante un largo rato".
Champagne Fleur de Miraval
En cuanto al descorche, el protocolo de sala dicta que los champanes hay que abrirlos con delicadeza para que el corcho salga suavemente, sin hacer ruido y, por supuesto, sin derramar ni una gota. Pero más allá de convencionalismos se puede, y se debe, descorchar el champán con un sonoro 'pop' siempre que tengamos las copas cerca para no desperdiciar nada. Donde hay burbuja hay alegría, se suele decir. Y nada invita más a celebrar que el descorche de una botella de champán. Eso sí, para abrirla como un profesional, después de quitar el aluminio protector, lo que ha de girar es el corcho, no la botella.

La temperatura de servicio varía según los gustos, pero si queremos disfrutar del champán en todo su esplendor, el vino debe estar entre 7 y 9ºC a la hora de degustarse, con lo que servirlo un poco más frío sumergiendo la botella 20 minutos en una cubitera con agua y hielo (o unas horas antes en la nevera) sería lo más apropiado. "El champagne debe servirse frappé pero no congelado. Para las cosechas más antiguas, conviene añadir un par de grados, hasta 10ºC. Los champanes maduros prefieren temperaturas de servicio algo más altas que los jóvenes y frescos". Lo que nunca debe hacerse para enfriar el champán es meter la botella en el congelador. Según Bravo, "destrozará sus burbujas, sus aromas... y tu reputación".
Maridajes infinitos
"El champán fue durante mucho tiempo el vino de los postres, hasta que se creó el primer Brut (menos de 15 gramos de azúcar por litro), cuya sequedad permitió empezar a acompañar con burbujas toda una comida, despertando el paladar para cada plato", explica el embajador de los champanes Bollinger y Ayala. El champán es un vino todoterreno, capaz de armonizar con todo tipo de comidas, incluso con los llamados ingredientes asesinos del vino. Su acidez característica y la propia burbuja contribuyen a limpiar el paladar, a contrarrestar el picante y, en definitiva, a armonizar lo imposible. Es casi un pecado limitar el consumo de esta joya enológica al aperitivo o el postre y, peor aún, al momento del brindis.
El arte de la elaboración del Champagne
Porque, además, no todo el champán es blanco. Las uvas empleadas para elaborar el gran espumoso francés pueden ser blancas y tintas (chardonnay, pinot meunier y pinot noir), lo que da lugar a diferentes categorías de vinos: blanc de blancs, elaborados solo con uvas blancas; blanc de noirs, hechos a base de uva blanca y tinta; o rosés, champanes rosados de uva tinta o de tinta y blanca. Todos estos ensamblajes crean una infinidad de posibilidades, una paleta compleja y variada de aromas y de sabores que permite multitud de armonías con la cocina.

El queso es uno de los grandes amigos del champán. Los de cierta intensidad, los de corteza enmohecida y de pasta blanda son los más armoniosos. Champán y caviar es un maridaje icónico, una asociación costumbrista que tiene su razón de ser en cuestión de matices y texturas. Pero las burbujas también van muy bien con marisco, pescados con mantequilla o crema y salmón ahumado. El foie es una delicia con un millèsimé blanc de noirs con algo de envejecimiento. Al igual que la caza y la trufa. Con o sin comida, las posibilidades del champán son infinitas.
Botella Laurent-Perrier Grand Siècle N25
Intenso, brillante y con una profundidad aromática excepcional, este champán de producción limitada con un envejecimiento de al menos 10 años aplica las características de los grandes millésimés de Champagne: frescura, estructura y fineza. Un vino que representa la apuesta de Laurent-Perrier por el arte del ensamblaje para crear la añada perfecta.

Botella Bollinger La Grande Année 2014
La extraordinaria cosecha de 2014 en Champagne, marcada por el clima, ha permitido crear este exclusivo champán que destaca por su intensidad, textura y complejidad. La nueva añada de Bollinger LGA sorprende por su perfil aromático, así como por unas sutiles notas minerales que lo convierten en toda una joya gastronómica.

Botella Fleur de Miraval ER2
Cofundada por Brad Pitt, la única casa de Champagne dedicada en exclusiva a la elaboración de champán rosado, estrena una segunda versión más refinada de su vino estrella, caracterizada por la intensidad de los Grand Crus de la Côte des Blancs y la complejidad de su solera. Un rosé único, resultado de la imaginación sin límites y el afán revolucionario de sus creadores.

Botella Dom Pérignon Rosé Vintage 2008
Un homenaje a la pinot noir y una exaltación de la libertad y la aventura. Así es la añada 2008 del champán rosado de Dom Pérignon, que destaca por la mineralidad yodada obtenida gracias a una larga maduración de 12 años, que lo hace complejo e intrigante. O como dice la propia maison, "un milagro insolente".

Botella Krug Grande CuvÉe 170ème Édition
Cada año, la Maison Krug honra el sueño de Joseph Krug con una nueva Édition de Krug Grande Cuvée, la expresión más generosa de la Champaña. Hoy, más de 177 años después de la creación de esta cuvée, Krug Grande Cuve?e 170e?me Edition emerge para que el mundo lo descubra tras 7 años de reposo. Un vino compuesto en torno a la cosecha de 2014 de un coupage de 195 vinos de parcelas de 12 años diferentes.

Botella Taittinger Comtes de Champagne 2011
Elaborado exclusivamente con mosto de primer prensado de uva chardonnay de grands crus y una de las mejores cosechas, el Comptes de Champagne Blanc de Blancs de Taittinger es la expresión más perfecta del estilo de la maison. Un espumoso que espera 10 años en las galerías de piedra caliza de Saint-Nicaise hasta salir a la luz para deleitar los paladares más exigentes.
