Disfrutar la nieve a la luz de la luna lo cambia todo. Estas son algunas sugerencias para vivir la noche invernal en Suiza, desde un descenso en esquí sin más iluminación que la luna llena a un simple paseo a la luz de las antorchas.
Suiza está llena de rincones mágicos, como Diavolezza, muy cerca de St. Moritz, en la zona conocida como Alta Engadina, en los Alpes occidentales. Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, unos cazadores desaparecieron entre sus cumbres siguiendo a una preciosa y pelirroja hada de montaña. De ahí proviene el nombre – "diablesa", literalmente– de una de las pistas de esquí más concurridas del país y de un mirador privilegiado sobre su impresionante paisaje salpicado de glaciares, que se extiende desde el pico Palü hasta el pico Bernina, pasando por el Bellavista.
Se accede en teleférico desde Val Berniba y es un paraíso para los entusiastas de los deportes de invierno, que tienen a su disposición 88 fantásticas pistas de esquí.
Pero es en las noches de luna llena ("glüna plaina" en romanche), al terminar la jornada, cuando empieza lo mejor: sesiones de esquí sin más iluminación que la luz de la luna llena, imponente en un cielo limpio y puro a casi 3.000 metros de altura. La experiencia está reservada para grupos reducidos, que pueden disfrutar de un descenso por las tranquilas laderas hasta el valle. El 15 de enero es la primera sesión, y las instalaciones, incluido el teleférico, permanecen abiertas hasta las 23:15. Las siguientes, el 13 de febrero, el 16 de marzo y el 14 de abril.

Es una de las experiencias nocturnas recomendadas por el tenista Roger Federer, recientemente nombrado embajador por el organismo de Turismo del país, para disfrutar la nieve en Suiza también por la noche.
Fuego, hielo, trineos y nieve
Pero hay más, porque el país encierra una gran oferta de actividades relacionadas con la nieve, con la nocturnidad como aliciente.
• En Andermatt, en el corazón de los Alpes suizos, se organizan excursiones nocturnas con raquetas de nieve por el bosque invernal. Acompañados de un guía de montaña de Göschenen, la población de la que parten, la experiencia permite descubrir un paisaje nevado y silencioso muy diferente al que se disfruta por el día. Al terminar la ruta, los excursionistas pueden darse un baño en agua caliente bajo el cielo estrellado, con vistas al glaciar Damma.

• En la estación de esquí de Le Meilleret, en el cantón de Vaud, en los Alpes occidentales, el teleférico 'Vioz-Mazots' lleva al punto de partida de una de las pistas de trineo más largas de toda Suiza. Se encuentra en la carretera al Col de la Croix, que está cerrada en invierno y preparada como pista para trineos. Desde allí es posible realizar un descenso nocturno a través del bosque en trineo, alumbrados con la luz de las antorchas, en una ruta de casi siete kilómetros con un desnivel de 560 metros, hasta la población Les Diablerets.

• En Klosters, una comuna del cantón de los Grisones, junto a Davos, al este de Suiza, es posible realizar un paseo nocturno por el paisaje nevado mucho más tranquilo a la luz de las antorchas. Realizado por un guía local, la ruta, de unas dos horas de duración, discurre por los alrededores de la población ofreciendo magníficas perspectivas de la población iluminada bajo un manto de nieve. Para reponer fuerzas se ofrece una reconstituyente bebida caliente. No se requiere un equipo especial –solo ropa adecuada y buen calzado–, y es apta para todas las edades y condiciones físicas. El paseo se realiza todos los miércoles a las 18:40, y parte justo al lado de la estación de Klosters Platz.

• Otra opción para disfrutar la noche suiza es alojarse en un iglú. Como Iglu-Dorf, la "aldea iglú" de Saanerslochgrat, muy cerca de Gstaad. Esta situada a 2.000 metros de altitud, con magníficas vistas sobre los Alpes nevados y dos de los glaciares más espectaculares del país. Se trata de un hotel de hielo, a cero grados, que convierte la estancia en una experiencia inolvidable. Una de las suites cuenta con piscina de hidromasaje privada bajo el cielo estrellado.

• Para toda la familia y esquiadores inexpertos, el programa de esquí y snowboard nocturno de Belalp es perfecto. Las pistas Bruchli y Tälli están iluminadas y el esquí nocturno está incluido en el forfait. Es un pueblo y estación de esquí ubicado en el cantón suizo de Valais, en el centro sur del país, que guarda una larga historia de relación con las brujas. En enero celebra una de las carreras de esquí más populares e insólitas de Suiza, en las que los participantes van disfrazados de brujas. Este año ha sido cancelada por la pandemia, pero se mantienen infinidad de actividades nocturnas y espectáculos de acrobacias en la nieve y fuegos artificiales a cargo de los monitores de la Escuela de Deportes de Nieve de Belap, también con vehículos: los "pistenbullies", quitanieves gigantes. El próximo está previsto para el 23 de febrero.
