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El emblemático Hotel Santo Mauro inaugura una nueva e innovadora etapa sin perder su personalidad única

La habitación 102 recoge todo el espíritu, pasado y futuro, del Hotel Santo Mauro.

Se acaba de celebrar la ceremonia de reapertura del emblemático Hotel Santo Mauro de Madrid. Ubicado en un palacete en la calle Zurbano, la compañía AC Hoteles, presidida por Antonio Catalán, ha invertido siete millones de de euros en la reforma del hotel, cuya plantilla se ha duplicado, para contar con 120 trabajadores. La capital recupera por tanto uno de sus iconos en alojamiento de lujo.

En un mundo en plena transformación, el emblemático Hotel Santo Mauro inaugura una nueva etapa, en la que ofrece una mirada optimista hacia la innovación y el futuro, pero sin perder ni un ápice de la personalidad única de la antigua residencia del influyente duque de Santo Mauro, que emana de su historia y su tradición y que dota de alma a este espectacular conjunto palaciego.

Con el objetivo de que este entorno exclusivo mantenga la lujosa tradición del centenario establecimiento madrileño, esta remodelación no solo ha preparado un perfecto escenario para que sus clientes tengan la mejor percepción y relación con la ciudad, sino para que, además, atienda a sus gustos y necesidades con la más escrupulosa atención y que su estancia sea una auténtica colección de experiencias inolvidables.

Para ello, el hotel Santo Mauro, en un ejercicio de reflexión y autoconocimiento, ha mirado a su interior, a sus orígenes, para mostrar aquellos detalles capaces de potenciar esas virtudes decimonónicas que le distinguen de otras propuestas hoteleras de la Villa y Corte; para que alojarse en sus suites, comer en su biblioteca o disfrutar de un aperitivo en su envidiado jardín permita saborear pausadamente un lujo más propio de otros tiempos.

La histórica fachada del Hotel Santo Mauro.

No olvidemos que una de las aspiraciones de la nueva generación de viajeros sofisticados y cosmopolitas es alcanzar un auténtico sentimiento de pertenencia, sumergiéndose en las maravillas distintivas de cada lugar que visitan y sintiéndose tan cómodos y conectados como si estuvieran en su hogar.

Estos modernos viajeros esperan sustancia e historia, matizadas con un espíritu lleno de frescura que elige espontáneamente qué tradiciones se deben mantener y cuáles deben pasar al olvido.

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Historia

En la segunda mitad del siglo XIX, las transformaciones urbanísticas enfocadas en el desarrollo y ampliación de las ciudades más importantes de Europa dieron lugar a modernos ensanches con amplias avenidas, plazas despejadas, frondosos bulevares y recoletos jardines, que no sólo permitieron un crecimiento más sostenible y unas mejores condiciones sanitarias -gracias a las nuevas redes de alcantarillado, abastecimiento de agua y otros equipamientos-, sino que también les dotaron de la personalidad y el carácter que ha definido su identidad hasta nuestros días.

Para finales de siglo, Madrid, gracias al Plan de Ensanche realizado por Carlos María de Castro, había triplicado su espacio urbano con los nuevos barrios de Argüelles, Retiro, Salamanca y Chamberí, en los que comenzaron a proliferar gran cantidad de palacios construidos por la nobleza y alta burguesía. En este contexto, de acuerdo con la ley vigente para las edificaciones del Ensanche de enero de 1864 y con el clasicismo francés ya casi en desuso en la época, nacieron dos palacios emblemáticos en Madrid: el de los duques de las Estradas, en 1892, y el de su hijo, don Mariano Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño, duque de Santo Mauro, en 1902. Ambos palacetes fueron proyectados por el arquitecto Juan Bautista Lázaro de Diego y levantados en la misma parcela de la manzana 187 del Ensanche, entre las calles de Almagro, Caracas y Zurbano.

El palacio de Santo Mauro fue residencia del duque y su familia, excepto durante un breve periodo de la Guerra Civil en el que fue confiscado, hasta que unos años más tarde, siempre con la familia ducal como propietaria y administradora, se destinó a labores diplomáticas como embajada de Rumanía, Canadá y Filipinas, sucesivamente. En 1989 fue rehabilitado, aunque conservando su diseño interior original y detalles únicos como la escalera modernista en el vestíbulo de entrada, el pequeño óvalo del patio, la antigua capilla y la biblioteca del duque. Nueve años más tarde, se unió al vecino palacete del conde de las Estradas para convertirse en el actual Hotel Santo Mauro, referente no sólo del confort, el lujo y la hospitalidad más tradicional en una de las zonas más aristocráticas y exclusivas de Madrid, sino de una forma de hacer hostelería de un modo artesano y pausado, un lujo sólo al alcance de los hoteles con alma.

El lobby del Santo Mauro y Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles.

Valores

El equipo humano del Santo Mauro pone cada día todo su empeño y su máximo cariño en hacer que sus clientes se sientan bien atendidos. Sin embargo, es su voluntad de reconfortarlos con pequeños detalles lo que convierte su labor en pura artesanía hotelera, en un vívido homenaje a los tiempos en los que el servicio de los palacios estaba a cargo del llamado 'cuerpo de casa', de cocineros, jardineros, camareros, personal de planta, mantenimiento… entre otros oficios. El hotel, comprometido con la excelencia, considera esta tradición como uno de sus principales valores de cara a sus huéspedes.

En el pasado, sólo los privilegiados podían viajar por el mundo, cultivando su intelecto y sus conexiones sociales, mientras coleccionaban extraños y curiosos objetos de valor que utilizaban para decorar sus hogares, expresar su singularidad y sus intereses y entretener a sus invitados. En este mundo globalizado, el Santo Mauro mantiene viva esa experiencia para sus no menos privilegiados clientes, a través de su gabinete de curiosidades, prueba de su amor por la aventura, los viajes y el exotismo, surgidos al ritmo de los modernos medios de transporte nacidos con el siglo XX. Aquel espíritu, aún vivo en el hotel, sigue dejando pistas y guiños.

La famosa biblioteca-restaurante del Hotel Santo Mauro.

Pilares

El Palacio del duque de Santo Mauro fue gestado en el siglo XIX y alumbrado en el XX, lo que, una vez transformado en hotel con alma, le ha permitido encontrar asiento tanto en el clasicismo decimonónico de su génesis como en el carácter inquieto, moderno e impetuoso surgido en los albores de la nueva centuria.

El resultado es que este renovado Santo Mauro ofrece una experiencia capaz de colmar las expectativas de los puristas de la tradición hotelera más clásica mientras son seducidos con propuestas innovadoras, y también dar satisfacción a los buscadores de nuevas perspectivas, de nuevas formas de disfrutar los tesoros de la ciudad, tentándoles con esa forma de ejercer la hostelería a la vieja usanza, con un ritmo pausado y plena atención a los pequeños detalles. Para ello, el hotel se sostiene sobre varios pilares diferenciales que aportan exotismo y singularidad a su propuesta, como su declarada intención de colmar a sus clientes a través de todos sus sentidos.

El Salón Chino del Hotel Santo Mauro.

Música

La propuesta musical, que convierte al Santo Mauro en un hotel con banda sonora, es uno de los pilares de esta tradicional y, a la vez, innovadora forma de entender la hostelería, ya que su objetivo es acompañar cada estancia o visita al hotel con las melodías más adecuadas, independientemente del género o el estilo, para ofrecer un fondo perfecto en cada momento del día. Para ello, el hotel ha recurrido al director artístico y reconocido músico y compositor Lucas Vidal, que ha comisariado la ambientación musical del hotel, una selección vibrante, cosmopolita y contemporánea en la que también tienen cabida actuaciones en vivo, una experiencia auténtica e inmersiva con la que estimular y mimar a todos sus huéspedes.

El Salón Rojo del Hotel Santo Mauro.

Gastronomía

La propuesta gastronómica del renovado Santo Mauro también se considera uno de sus pilares de su experiencia, ya que el paladar es una de las vías de acceso más permeables para este original espíritu que impregna la nueva etapa del hotel. El reconocido chef Rafa Peña ha elaborado una experiencia a base de platos de temporada. Desde la calidad de los ingredientes frescos hasta la presentación final del plato, ningún detalle es demasiado pequeño, por lo que resulta casi imprescindible complementar cada comida con los excepcionales vinos seleccionados por el sommelier.

Jardín

Bajo la dirección del paisajista Fernando Valero, la belleza natural de este recoleto y único oasis urbano, complementada con sus árboles históricos, invita a la relajación, la reflexión y la revitalización y a recuperar costumbres tradicionales capaces de encajar en nuestro estilo de vida y enriquecerlo.

El concepto básico del trabajo de paisajista ha sido reconocer los valores y características que ya poseía el jardín, un ejemplo de residencia particular aristocrática de aire europeo. De ese modo, se han empleado elementos de la jardinería clásica, tales como tapices verdes, arriates, borduras , plantaciones alineadas… junto con un riguroso catálogo vegetal a base de violetas, magnolios, helechos y cycas del jurásico, rododendros, azaleas, olivos y laureles mediterráneos, árboles de Júpiter, bambúes sagrados y orientales, castaños de Indias, limoneros, boj, rosales trepadores ingleses, jazmines y algunas más, que intervienen como protagonistas y como reparto de lujo en el conjunto del jardín.

Jardín Secreto

Las posibilidades de este jardín, auténtica joya de la corona del palacio, como escenario y agente activo de experiencias, es extraordinaria. Este oasis en pleno centro de Madrid ofrece el escenario perfecto para todo tipo de momentos románticos, celebraciones grupales y cenas elegantes.

Vino y música

El hotel contará con momentos especiales centrados en encuentros alrededor del vino y de la música de diversos estilos, creando una atmósfera extraordinaria, estimulante y tranquilizadora que bien podría servir para resumir la singularidad de la experiencia Santo Mauro en sólo una tarde.

Cata de ibéricos

El jamón es quizá el mayor embajador de España reconocido en todo el mundo por su alta calidad y rico sabor. Sin embargo, conseguir el corte perfecto implica todo un ritual, por lo que el cliente también podrá disfrutar de una clase magistral mientras degusta una amplia variedad de productos ibéricos. Este recorrido íntimo e informativo por las tradiciones culinarias españolas es una de las experiencias más valoradas por los viajeros.

Recorrido histórico por el Santo Mauro

No podemos pasar por alto la historia secreta del propio palacio de Santo Mauro y su legado. Por eso, dos días a la semana, se ofrecerá a los huéspedes la posibilidad de disfrutar de un exclusivo e íntimo recorrido por las dependencias del palacio, mientras se les ilustra con historias, anécdotas y secretos de la familia ducal y de la época en la que el palacio alojó diversas embajadas. Esta mirada al pasado concluye con una degustación del cóctel favorito del duque, que ayudará a los huéspedes a contextualizar la visita y a estrechar lazos con esta ubicación única.

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