Cuando pensamos en musas, la primera mujer española que nos viene a la cabeza, es la extraordinaria e inconfundible Naty Abascal. Una mujer que siempre se ha rodeado de los mejores maestros del mundo de la moda y sus creaciones. Tras el éxito de la exposición que tuvo lugar en México, y de la mano de Eugenio López, han querido rendir homenaje a medio centenario de uno de los mejores vestuarios de las últimas décadas, "Naty Abascal, La musa eterna inspiradora de diseñadores de moda". Un libro con 300 imágenes arropadas por testimonios de grandes figuras como la de Valentino o Christian Lacroix. Desde Status, entrevistamos a Naty Abascal, la mujer que inspiró y sigue inspirando el mundo del arte y la moda.
¿Cómo surge la idea del libro: Naty Abascal, La musa eterna inspiradora de diseñadores de moda?
Eugenio López y yo somos amigos desde hace mucho tiempo y siempre ha sabido de mi pasión por la moda y todo lo relacionado con… ¡vivir! Que es realmente la mejor experiencia. Recientemente habían hecho una muestra de parte de mi colección de trajes y accesorios en Madrid, y pensó que sería una magnífica idea llevar a México, a su Museo Jumex de Arte Contemporáneo, una exposición de moda, probablemente la primera en su género en el país, y de esta forma abrir el diálogo que muchos otros museos en el mundo tienen entre moda y arte. El debate sobre si la moda es arte o artesanía no es nuevo, pero sigue siendo igual de válido, más hoy en día, en donde estamos viendo como esta crisis sanitaria global, está poniendo sobre la mesa muchos temas urgentes que necesitan revisarse, la producción masiva de moda, uno de ellos. De la exposición surgió el libro, como una continuación de la misma.
¿Qué supone para usted poder publicar un libro con 300 imágenes, arropada por testimonios de grandes maestros como Valentino o Christian Lacroix?
Esta exposición y su posterior libro, han servido entre otras cosas, para empezar a poner en perspectiva más de medio siglo de vivencias, de enseñanzas, de descubrimientos. De enfrentarme a mí misma y mi carrera a través de una selección de piezas, de accesorios, que no sólo definen mi persona sino mi relación con mis mentores, pero sobre todo, amigos. Valentino, Oscar, Mario Testino, Avedon, Peter Beard, Christian Lacroix, Veronica Etro, Suzy Menkes, Woody Allen… la lista es enorme, pero todos ellos son igualmente importantes en mi vida, porque todos me han enseñado algo, de todos he aprendido y a todos en mayor o menos escala, les he dado algo de mí, de mi experiencia, energía, modo de entender la vida. Es justo esa química, esas a veces enormes diferencias, las que han producido la chispa de la creación, de la inspiración… y de la amistad. Creo que una exposición es como una colección de moda. Cuando la terminas, querrías empezarla de nuevo, porque siempre descubres cosas en el último minuto.
¿Qué es la elegancia para usted?
Es una forma de ser, de estar, de entender la vida, de relacionarse con las personas. Es respetar a los demás y a uno mismo. Es saber envejecer con orgullo y dignidad, la elegancia todo el mundo la asocia con el vestir, con el dinero, con la posición social. La elegancia, es sobre todo, una actitud. He visto gente con una elegancia innata en entornos muy humildes.
Si tuviese que escoger un único vestido, ¿cuál sería? ¿y una fotografía?
Quizás un traje de los años 60 de Oscar de la Renta, en crêpe amarillo con bordados en pedrería. Una pieza muy sencilla, pero llena de recuerdos y emociones, vivencias de un tiempo maravilloso que recuerdo con especial cariño. En esa época, empezaba mi carrera y mi armario era muy reducido. Ese traje, que estuvo en la exposición, ha vivido historias increíbles, sufrido daños y desperfectos, que eran pacientemente restaurados por las maravillosas costureras del taller de Oscar. ¡Una pieza fetiche en mi vida!
Una foto... ¡esto sí que es difícil! Quizás una del principio de mi carrera, con mi hermana Ana María en Ibiza, en 1964, con Richard Avedon. Volver a España de su mano fue una experiencia extraordinaria. España es mi país, pero visto a través de los ojos y la lente de un hombre como Dick (Richard Avedon) y su forma de interpretarnos, sofisticadas, exóticas, en esa playa, jugando a las cartas… cuando veo esas dos fotos, más de medio siglo después sigo teniendo un escalofrío de emoción.
¿Quién ha sido para usted su musa? ¿A quién considera usted un icono de la moda?
Si hablamos del mundo de la moda, Coco Chanel y su uniforme que revolucionó el modo de vestir del siglo 20 y sigue siendo relevante hoy dia , Frida Khalo y su sentido de la libertad, la ingenuidad y frescura de su pintura, cuando en el fondo encerraba tanto dolor, madame Vionet y sus cortes al bies hace cien años, Elsa Schiaparelli, la iconoclasta creadora que pedía a genios como Dalí que colaborara con ella en la creación de sus colecciones, Madame Gres, una de las mujeres más injustamente olvidadas en este mundo de satisfacciones inmediatas, una mujer que era capaz de esculpir con sus manos y unos simples alfileres (y decenas de metros de punto de seda) los trajes más exquisitos y femeninos… nombres míticos que revolucionaron el mundo a través de su forma de entender la vestimenta, el arte y la cultura. Pero en realidad me inspira todo. La gente, la calle, los olores, un estado de ánimo, mis amigos, mi familia, mis hijos, los libros, el arte, viajar, que es una de las mejores experiencias, el día a día. Todo es motivo de inspiración, de energía, de pasión.
¿Cuándo se dio cuenta que había comenzado su carrera profesional en este sector? ¿Qué o quién le abrió las puertas?
Cuando mi hermana gemela y yo viajamos a Nueva York, invitadas por el modisto español Elio Benhanyer para presentar sus colecciones en la Feria Mundial de Nueva York. El periódico The New York Times se hizo eco de una modelo española que se cambiaba tan rápidamente que siempre estaba en la pasarela. ¡Imagínate! Éramos mi hermana gemela Ana María y yo, que nos turnábamos desfilando, pero el público no lo sabía. El fotógrafo Richard Avedon sintió curiosidad por conocernos, y realizó un servicio fotográfico para Harper's Bazaar en el que salíamos mi hermana y yo, Elizabeth Taylor y la bailarina Maia Plyeseskaya. Y así empezó todo… Me quedé a vivir en Nueva York y ahí tuve el privilegio de conocer a grandes diseñadores de los que aprendí muchas cosas y a los que creo que también he aportado mi particular visión del mundo y las cosas. Pero mi llegada a New York se ve marcada por una persona que no sólo fue un maestro en su profesión, sino un amigo hasta el día de su muerte: Oscar de la Renta. Valentino apareció en mi vida poco después. También le conocí en New York en una cena. Me pidió que desfilara para él… y nuestra amistad, nuestra complicidad sigue siendo un pilar en mi vida.

¿Qué opina de la moda hoy en día y cómo ha evolucionado?
En primer lugar, no tenemos que olvidar que somos más de 7 mil millones de personas en el planeta. La población mundial se ha multiplicado por tres en medio siglo. Hemos visto como la moda ha pasado de ser algo artesanal, a medida, a una industria que fabrica cientos de millones de piezas, las promociona y vende a traves de canales digitales y la gente consume y deja de lado sin apenas usar muchas de esas prendas. Lo cual no significa que no haya espacio para comprar calidad, cosas que estén bien hechas, que sienten a la perfección, que duren décadas en el armario y que el uso y el paso del tiempo les de ese carácter que en realidad no es otra cosa que la manifestación del estilo de cada uno. La moda, tambien es un reflejo de nuestros tiempos, y el mundo actual está marcado por la velocidad, la urgencia, la inmediatez. Hoy ya no hay ni tiempo ni vida que permita cambiarse tres veces de ropa al día ni actividades que requieran piezas de Alta Costura como en el pasado, pero eso no significa que podamos seguir, de vez en cuando, disfrutando del placer de un vestido, un traje hecho a mano, a medida y solo para una persona. Esas piezas que hoy pueden parecer una extravagancia, no solo preservan tradiciones centenarias que no deben perderse, porque son patrimonio de la Humanidad, sino que también, y esto es importante tenerlo presente, son las cosas que un día las verán futuras generaciones en un museo. Los museos de hoy en día se nutren de muchas mal llamadas "extravagancias" del pasado.
Si pudiese dar un consejo sobre cómo sobrevivir década tras década en el mundo de la moda, ¿cuál sería?
Intenta encontrar tu propio estilo. Se tu misma, pero no te tomes demasiado en serio. Permítete correr riesgos, equivocarte, pero, sobre todo, diviértete y se feliz.
Si volviese a desfilar, ¿con qué diseñador lo haría?
Difícil pregunta, porque si menciono nombres del pasado podría interpretarse como que soy una nostálgica que vive anclada en los recuerdos, lo cual no es cierto, pero hay una fascinación por ciertos diseñadores, su forma de entender la indumentaria, la forma de presentarla, que si pudiera viajar en el tiempo, no dudaría en escogerles: Dior, Saint Laurent, McQueen (sí, su teatralidad era fascinante) o Galliano diseñando para él mismo y obligando a las modelos a interpretar el traje sobre la pasarela, convertirse en heroínas de un libro… Oscar y Valentino siempre, por supuesto y la familia Etro a quienes adoro…, Y muchos otros que harían la lista interminable.
¿Cómo fue vivir las noches en The Factory rodeada por los artistas más memorables de las últimas décadas?
Especiales, inolvidables… Yo iba de vez en cuando a la Factory y teníamos muchos amigos en común. Warhol era una persona muy peculiar. Tímido, empeñado en disfrazar su personalidad y aparentar ser alguien aburrido, cuando en realidad era tremendamente culto, con una colección de arte sensacional y un visionario, que supo crear un movimiento artístico que hoy no solo perdura, sino que está más vigente que nunca. Siempre me arrepentiré de no haberme hecho un retrato con él. Teníamos la idea, pero yo venía a España y a mi regreso lo íbamos a hacer… pero no volví. Me quedé en España y empecé una nueva etapa en mi vida.

¿Una anécdota que todavía no haya compartido?
Recuerdo uno de mis primeros desfiles con Valentino. Todos estábamos al inicio de nuestras carreras. Valentino ya era un diseñador conocido y con prestigio, desfilaba en Roma y sólo hacía en ese tiempo Alta Costura. Yo en esa época no me podía permitir muchos excesos, pero ya tenía la pasión por coleccionar. Prefería que no me pagasen y me dejaran escoger algún traje de la colección para usarlo. Recuerdo un maravilloso sastre gris, de día… cuando empecé a mirarlo por el interior (La Alta Costura es tan bella por fuera como por dentro) descubrí que Valentino había bordado mi nombre en el interior de la chaqueta. Aún tengo ese traje y cada vez que lo veo me hace sonreír. Emoción y ternura al mismo tiempo.
¿Cómo se describiría a sí misma y como querría que la recordasen?
Es curioso, hoy me describiría a mí misma como lo hubiese hecho hace 50 años, porque mi curiosidad, mi necesidad de aprender, de descubrir cosas nuevas sigue siendo la misma. Quizás hoy día soy más "sabia". He aprendido de los errores, he entendido la importancia de la amistad, pero también la necesidad de ser autosuficiente, y muy importante: la experiencia extraordinaria de ser madre. Creo que la vida es una escuela de la que nunca dejas de aprender cosas. El día que deje de tener curiosidad por aprender, pasión por vivir… ese día será el fin ¡Pero aún está muy lejos! ¿Como me gustaría ser recordada? Como una mujer que siempre creyó en sí misma. Sin barreras. Una mujer que no dejó que los prejuicios de otros frenasen sus sueños.
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