La francesa Valérie Messika es una de las diseñadoras de joyas preferidas por las grandes celebridades del planeta. No en vano, Julia Roberts, Beyoncé, Charlize Theron o Scarlett Johansson se encuentran entre sus clientes preferidas.

De la modelo Kate Moss no hace falta hablar mucho más. Icono de la moda durante décadas, marcó tendencia entre millones de adolescentes del planeta con sus vaqueros skinny, sus chupas de cuero, sus botas de tacón, sus romances con rockeros malotes y ese aire de estudiada indiferencia.

Messika y Kate Moss.

Dos mujeres con mucho carácter que ahora unen sus caminos a través de Messika by Kate Moss, una colección inédita de Alta Joyería. Con la libertad creativa como única consigna, el símbolo de la moda y la diseñadora de joyas con diamantes han colaborado en este proyecto con la espontaneidad y sinceridad que les caracteriza.

Una de las piezas de la colección.

Adaptándose cada una a la personalidad artística de la otra, y expresando a través de su creatividad desenfrenada las diferentes facetas de su singularidad, firman una colección de joyas expresamente ecléctica y con una diversidad controlada para rendir homenaje a la versatilidad de la que ha trascendido generaciones y estilos.

Además de haber colaborado en el diseño de la colección, Kate Moss es también imagen de la campaña.

Mientras que Kate Moss ha marcado el mundo de las pasarelas con su impronta anárquica, Messika concibe el diseño de joyas casi como un juego. Guiada por sus propias reglas -y sobre todo por su instinto- aboga por una alta joyería ligera, responsable y sin complejos.

"Mi propósito es acompañar a las mujeres con un brillo extra, reafirmando una confianza aún más fuerte en sí mismas", afirma.

A cuatro manos, han creado más de cien piezas nunca vistas antes. Un universo que a primera vista parece bastante alejado del de Messika, ya que ésta ha querido tomar prestado para su inspiración elementos del estilo personal de Kate. Ecléctica y colorida, la colección es animada, pero sobre todo nada aburrida.

Kate Moss y Messika, en el 'atelier' de la firma.

El movimiento de las piedras, la fluidez de las líneas, la flexibilidad de las joyas o la audacia del uso utilizan un lenguaje común en torno a la mezcla de oro, las diferentes tallas de diamantes e incluso el uso de materiales preciosos. ¿Algo descarado? Probablemente. Pero sobre todo una elección atrevida.

Una de las imágenes de la campaña, obra del fotógrafo australiano Chris Colls.

Detrás del objetivo del famoso fotógrafo australiano Chris Colls, París ha sido el escenario perfecto para inmortalizar la colaboración, dentro de su potente campaña publicitaria. Una campaña impresionante, sorprendente, un poco desconcertante, quizá, como esta colección, fruto de colaboración entre dos mujeres tan libres y disruptivas como ellas.

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