Nos pasamos el año cuidando y mimando nuestras plantas, pero con la llegada del verano, ¿quién no se va de vacaciones unos días o realiza una escapada para desconectar? A menudo, estos viajes implican un importante dilema: ¿cómo mantener 'vivas' nuestras plantas si ningún familiar, amigo o vecino puede echarnos una mano y regarlas en nuestra ausencia?
Según un estudio realizado por ManoMano (firma de marketplace líder en bricolaje, casa y jardín) tan solo un 36% de los encuestados conoce todas las variedades de sus plantas, y asegura que éstas no sobreviven porque desconocemos sus cuidados y necesidades esenciales.
Esther Casanovas, experta en jardinería de ManoMano y autora de PicaronaBlog, ha seleccionado algunas soluciones, aplicables tanto a plantas de interior como de exterior, para poder disfrutar de las vacaciones con la mayor tranquilidad y sin sufrir por ellas.
Revisar la luz y las necesidades de riego
Durante nuestra ausencia, es importante que las plantas reciban la misma cantidad de luz que cuando estamos en casa. Por inercia solemos bajar las persianas antes de irnos. Y para algunas plantas de interior, la ausencia de luz podría ser tan perjudicial como la falta de riego, incluso durante un fin de semana.
Así que, el primer consejo es agruparlas en una de las estancias más luminosas y no bajar la persiana.
En cuanto al riego, agruparlas por necesidades de riego similares, "algunas quizá podrán aguantar hasta la vuelta si se riegan antes de marcharnos. Para el resto, que necesitan riegos más generosos, hay numerosas soluciones como geles o conos de riego" apunta Casanovas.

Gel de riego o agua líquida
Este sistema funciona muy bien para plantas en macetas. El gel de riego se presenta en una especie de flaneras o bolsas plásticas que debemos abrir y poner en contacto con la tierra.
Para utilizarlo, se recomienda regar generosamente la planta, formar un pequeño surco en el sustrato, y no retirar el gel de su envoltorio. Basta con quitar la tapa o cortar el plástico con un cúter. De este modo, no sufrirá pérdidas por evaporación.
Conos de riego: botellas de plástico o cerámicos
Una forma sencilla de regar las plantas es el cono con cuello de botellas de agua, que a su vez funcionan como depósito. Tienen forma de 'piqueta' para poder clavarlos de manera vertical en cada maceta y algunos modelos cuentan con un regulador para definir el flujo de agua que aportará diariamente.
Es importante asegurarnos de que la botella llena mantendrá el equilibrio vertical, para evitar que se caiga y deje de funcionar.
En cuanto a los conos cerámicos, de ellos sale una pequeña tubería que se introduce en un cubo o una garrafa aportando agua por capilaridad. Para utilizarlos, es necesario hidratar previamente el cono cerámico durante 15 minutos como mínimo.
Una vez clavado en la tierra, se recomienda llenar de agua su interior. Y para acabar de instalarlo correctamente, debemos asegurarnos de que el tubo que lo conecta al depósito, está lleno de agua.
Sistemas de riego por goteo con y sin instalación
Los sistemas de riego por goteo más habituales se utilizan en exterior, y es necesario disponer de un grifo al que conectar el programador. Son sencillos de instalar, y además pueden ampliarse con distintos tipos de conexiones, llaves de paso y programadores para zonas con distintas necesidades de riego.
Pero no siempre se dispone de un grifo de jardín al que conectarlo, y por ello queremos destacar algunas soluciones que pueden utilizarse tomando el agua de un cubo, una garrafa de agua, un barreño, o incluso de la cisterna del wc.
Kits de riego con depósito
Cuentan con un programador, en el que podemos definir la periodicidad y la duración del riego, al que se conectan distintos tubos que llevarán el agua hasta nuestras plantas. Es importante que el depósito esté algo más elevado que las macetas porque de otro modo, podría dejar de funcionar.