Sentir el sol en la cara, tumbarte en la hierba, oler una flor, hundir tus dedos en la arena de la playa... pequeños gestos que seguramente nunca nos habíamos planteado que echaríamos tanto de menos, ¿verdad? Cómo pensar que algún día estaríamos tan alejados de la naturaleza, prisioneros en nuestras propias casas. Un punto de inflexión en nuestras vidas que debería cambiar la forma en la que percibimos lo que nos rodea o dónde vivimos.
El impacto del coronavirus ha sido, sin lugar a dudas, terrible. Ha destruido empleo (con más de 300.000 puestos de trabajo menos desde que comenzó la crisis), ha detenido el consumo y, por supuesto, se ha cobrado vidas. Muchas vidas. Sin embargo, todos hemos arrimado el hombro, hemos sacrificado nuestra libertad y hemos aprendido a mirar nuestras casas con otros ojos. Eso, sorprendentemente, también ha tenido un efecto sobre el mercado inmobiliario.
Según datos de Fotocasa, sin ir más lejos, actualmente se ha producido un considerable aumento en las búsquedas de viviendas que disponen de terraza, balcón o jardín, llegando a ser un 40% superior a los periodos anteriores al confinamiento. Además, otros portales como Idealista, también han detectado un cambio de comportamiento entre sus búsquedas, y es que el interés por las viviendas unifamiliares que se sitúan lejos de centro urbanos también ha experimentado un gran aumento.
No resulta extraño. Aunque ahora mismo nos parezca algo muy lejano, hasta hace poco más de dos meses nos encontrábamos sumergidos en un frenético día a día que no nos dejaba tiempo para prestar atención a aquello que nos rodeaba. Pero el pasar tantas horas confinados en casa ha provocado que nos demos cuenta de lo importante que es contar con una vivienda bien acomodada. Si sumamos esta idea al casi nulo contacto con la naturaleza que tenemos estos días y a la añoranza de poder respirar aire puro, vemos como se está produciendo una revalorización de los espacios verdes en nuestros hogares u oficinas, que al fin y al cabo es donde desarrollamos la mayor parte de nuestro tiempo.
Esta insólita situación también ha tenido otros efectos positivos en la naturaleza, y es que hemos visto un drástico descenso de los niveles de contaminación, no sólo en España, sino en la gran mayoría de países. Este descenso es más destacado en grandes ciudades. Por ejemplo, un estudio que han elaborado desde la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) apunta a que en las grandes ciudades de nuestro país, los niveles de dióxido de nitrógeno se han reducido en un 51% a consecuencia de las primeras semanas de confinamiento. A esto sumamos las curiosas imágenes que hemos podido ver por televisión de diferentes animales paseando tranquilamente por las calles de varias ciudades o cómo se han vuelto a ver diferentes especies animales en nuestras costas que hacía tiempo era difícil de imaginar.
A partir de ahora, le deberíamos dar más valor a la naturaleza, que tan importante es para nosotros. Nuestros propios sentimientos mientras hemos estado encerrados y la reacción del mundo a nuestra 'ausencia' nos lo están pidiendo a gritos. El mundo nos está diciendo que debemos 'reencontrarnos' con la naturaleza.
Los múltiples beneficios que puede brindar a nuestra salud y nuestro bienestar son los principales factores que nos llevan a querer apostar por incluir los espacios verdes en nuestro entorno, entre los que se encuentran un aumento de los niveles de concentración y productividad, y un descenso del estrés y la ansiedad. Esto se produce gracias a mejoras en la iluminación natural y a la regulación de los niveles de temperatura o el grado de humedad, provocados por la inclusión de plantas y elementos naturales en estos espacios.
Y es que aquellas personas que han contado con un jardín (¡o una terraza!) en casa durante estos días han sido unos privilegiados, ya que es el espacio perfecto que nos permite desconectar y relajarnos, retomar el contacto con la naturaleza y desarrollar gran parte de nuestro ocio en él, al mismo tiempo que supone un impacto positivo en el ecosistema que tenemos a nuestro alrededor. Todas estas cualidades hacen que una vivienda con un espacio verde haya aumentado su popularidad desde que comenzara el confinamiento.
Lamentablemente, y a pesar de esta tendencia, el sector del paisajismo no es ajeno a la complicada situación económica en la que nos encontramos. Sin embargo, hay brotes verdes. Debemos ser optimistas y pensar en que este renovado amor por la naturaleza también tendrá una consecuencia positiva en este sector. Los profesionales así lo creemos, y de hecho queda reflejado en una reciente encuesta realizada a profesionales de la jardinería por la plataforma profesional Guía Verde, según la cual un 60% de los encuestados considera que su empresa saldrá adelante a pesar de la situación. Aunque está claro que tendrá un impacto en la facturación de las empresas, más del 60% afirma que no ha tenido impagos ni ha tenido que aplazar los abonos a sus proveedores.
Aunque ya desde hace unos años viene siendo notable la preocupación de la población por la crisis climática y los problemas medioambientales, no cabe duda de que esta difícil situación ha evidenciado la importancia de apostar por la renaturalización, que no solo afecte al diseño de aquellos espacios interiores en los que desarrollamos nuestro día a día, si no que sea extensible a todo el tejido urbano para que la naturaleza esté presente en todos los aspectos de nuestra vida.
Relacionados
- Armonía de lo simple y terapia del color: así será la decoración de los hogares post-coronavirus
- ¿Cómo hacer un buen pan en casa? Los trucos y recetas de un estrella Michelin para elaborarlo
- Diez jardines espectaculares para disfrutar desde casa y conectar con la naturaleza
- Desde la casa de Frida Kahlo hasta Villa Saboye: recorrido por los iconos de la arquitectura mundial