Hace dos años Jeff Bezos se convirtió en algo más que la persona más rica del mundo. Con una fortuna estimada en ese momento de 150.000 millones de dólares, el CEO de Amazon era designado por la revista Bloomberg como "la persona más rica de la historia moderna", adelantando en más de 50 mil millones a Bill Gates, en segunda posición.
Los últimos datos sitúan ahora las cuentas globales de Bezos en 117 mil millones de dólares, pero sigue ostentando la cabeza de lista, y todo apunta a que la terrible crisis internacional que estamos viviendo no hará más que asentar esa posición.
Hay quien ha definido a Amazon, en el marco de esta pandemia global, como "la nueva Cruz Roja", actuando a veces como si fuera una extensión de los servicios de emergencia y permitiendo que muchos ciudadanos permanezcan confinados en sus casas, a salvo y bien suministrados.
Esa percepción global de gran aliado en tiempos de necesidad ha llevado a diversos analistas de inversiones a predecir que Amazon podría salir aún más fortalecida de esta crisis, recompensada con la confianza ciudadana a imagen de lo ocurrido con compañías como Ford y General Motors tras prestar su ayuda al esfuerzo bélico de la Segunda Guerra Mundial.
La logística de Amazon puede movilizar a 270.000 personas al día.
Pero todo tiene su lado negativo, porque para mantener su red de abastecimiento Amazon necesita, solo en Estados Unidos, que más de 270.000 personas acudan cada día a trabajar. Las quejas y reclamaciones de muchos empleados no se han hecho esperar, acusando a la compañía de primar la productividad por encima del bienestar y seguridad de su plantilla.

Amazon tendrá que moverse con precaución en este sentido, ya que la firma ya estaba siendo sometida por otro lado a un escrupuloso análisis por parte la Comisión Federal de Comercio ante su imbatible y creciente poder de mercado. Así pues, cuanto más crezca la multinacional, mayor serán los recelos y las acusaciones de prácticas monopolistas.
Por el momento, lo que parece que sí hará la compañía de Bezos es retrasar su gran fecha comercial, el Prime Day, ante el temor de morir de éxito y no poder responder a la demanda. Este evento global de grandes descuentos consiguió en 2019 unos resultados muy por encima de citas similares, como el Black Friday y el Cyber Monday.
En aquella ocasión se celebró entre el 15 y 16 de julio y supuso uno de los grandes días de ventas en Amazon, éxito que preveían superar este año con otra nueva convocatoria estival. Sin embargo, la situación actual parece haber llevado a Bezos y su equipo a plantearse un posible retraso de la fecha, a tenor de las evidentes complicaciones para contar con los suministros necesarios para afrontar un nuevo y exitoso Prime Day.
Sin duda la de Bezos es otra de esas históricas que hacen honor al 'genuino sueño americano' de self-made man. Hijo de un artista de circo que les abandonó a él y a la madre adolescente (y adoptado por el marido de esta, un inmigrante cubano), Bezos destacó siempre por su originalidad y afán de superación, y así desde la nada comenzó a forjar su imperio, que por supuesto creó en el garaje de su casa, en Seattle, cuando tenía 30 años.
Así lucía Jeff Bezos en sus inicios, allá por los años noventa.
Pero tiempo antes de iniciar en 1994 aquel negocio de comercio en la red, Bezos empezó a ganar sus primeros dólares como tantos otros compañeros de estudios: sirviendo hamburguesas y patatas fritas en un McDonalds. Y fue en esa cocina, observando la agilidad y efectividad de la cadena de preparación de los pedidos, donde comenzó a tomar cuerpo en su mente el sistema de trabajo de la que años después se convertiría en la mayor tienda del mundo.

Aquel verano en McDonalds, con 16 años, le reportó a Bezos reflexiones interesantes pero también muy malos momentos como consecuencia de la presión que imponía el ritmo de trabajo. Así que, al verano siguiente, junto a su novia, decidió buscar una nueva fuente de ingresos: crearon el Dream Institute, un campamento de verano para niños. A 600 dólares por niño, lograron seis inscripciones, y la originalidad de la propuesta –por ejemplo, había lista de lecturas obligatoria, y esta incluía la saga completa de El Señor de los Anillos- les granjeó buenas expectativas para el siguiente verano.
Está por ver qué tal le irá a Bezos este verano. Todo apunta a que si puede mantener su red de proveedores, las ventas no serán ningún problema. Pero las demandas e investigaciones por las condiciones laborales de sus empleados así como por la larga sombra de su influencia comercial serán ya cuestiones más delicadas de abordar.
Relacionados
- Segundas residencias, yates o búnkeres de lujo: así pasan la cuarentena las grandes fortunas
- La moda de lujo se cae de las pasarelas y su beneficio se desplomará un 17% en 2020
- ¿Qué pasará en el sector del lujo el día que la crisis acabe? Tres posibles escenarios y seis tendencias de consumo
- Quién fue Josiah Wedgwood, el Steve Jobs de la porcelana de lujo