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¿Por qué las grandes fortunas invierten en arte? Una pasión que va más allá de lo económico

  • Brafa es la feria de arte belga que da comienzo al circuito internacional
  • Es una oportunidad para adquirir desde antigüedades a arte contemporáneo
  • Galerías Monteagut es la única representación española en la cita
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Los coleccionistas de arte y de piezas singulares ya tienen en la casilla de salida una de las grandes citas del sector. Brafa Art Fair, que se celebra en Bruselas del 26 de enero al 2 de febrero, es una oportunidad para todos aquellos amantes del arte que estén interesados en decorar sus viviendas con piezas únicas (como un meteorito llegado de Marte, que se vende por un millón de euros) o agrandar sus colecciones, con piezas de Picasso, Warhol o José María Sicilia. Y de paso, condición sine qua non, invertir.

Brafa es un comienzo cómodo y asequible para los coleccionistas de arte, sobre todo europeos. Tras esta cita de la capital belga, es el turno de los pesos pesados del circuito de ferias de arte, con Tefaf, que se celebra en Maastricht, del 7 al 15 de marzo, y en Nueva York, del 8 al 11 de mayo. Frieze, que llega en febrero a Los Ángeles, en mayo a Nueva York y en octubre a Londres. Y Art Basel, en Hong Kong en marzo y en Mimi en diciembre. Aquí, en España, llegará el turno de Arco, especializada en arte contemporáneo, el próximo 26 de febrero.

Bruno Nélis, jefe de prensa y comunicación de la feria, explica a Status que este evento destaca, a diferencia del resto, por una filosofía que mezcla eclecticismo, calidad y confrontación de estilos. Un encuentro para disfrutar, y quizá comprar, piezas de arte antiguo, moderno y contemporáneo; pero también para adquirir joyas, esculturas de arte africano o mobiliario antiguo. Además, Nélis destaca que Brafa es una buena ocasión para encontrar piezas de gran calidad y a precios más accesibles. Bruselas, continúa el jefe de prensa, es una plaza muy cómoda y céntrica en Europa, que atrae a mucho público holandés, alemán, francés y, sobre todo, local, que es rico en coleccionistas. Lo cierto, la cifra de asistencia a la edición pasada superó las 66.000 personas.

Esta edición de Brafa, que cumple 65 años, es la más internacional de todas. De las 133 galerías inscritas, 50 son belgas y 83 extranjeras. Un 63% de presencia internacional con especial peso de referencias francesas, británicas y suizas. España, en esta edición, está representada por una única galería. Bruno Nélis cuenta que en ediciones anteriores hubo más presencia española, porque es un mercado importante para esta feria, sobre todo, por las conexiones históricas entre España y Bruselas a través de la pintura flamenca. "España tiene las puertas abiertas a Brafa", sentencia. Monteagut es la galería catalana presente en Bruselas con un contundente catálogo de arte arcaico africano. Guillermo Monteagut, el responsable, explica a Status que la conexión entre Bruselas y el Congo hace que sea una oportunidad muy interesante para ellos.

Los datos sobre el impacto económico que genera Brafa no son públicos. El jefe de prensa de la feria explica que ellos se dedican únicamente a poner la plataforma para que las galerías vendan, una transacción entre comprador y galerista que es privada. No obstante, Nélis asegura que "Brafa tiene una buena reputación entre los dealers sobre que se vende bien". Una opinión con la que coinciden la mayoría de los galeristas consultados, que entienden que el cliente que asiste es muy educado en arte. Además, el sistema de selección de galerías de Brafa es muy reconocido por su severidad, lo que asegura a clientes y visitantes un nivel óptimo en la calidad de piezas y colecciones.

La combinación entre aptitud, belleza o singularidad es el quid que marca la venta. Olivier Meessen y Jan De Clercq, fundadores de la galería belga Meessen De Clercq, explican a Status que la principal razón que lleva a una gran fortuna a adquirir una pieza es porque se apasionan por ella, porque les gusta y porque quieren disfrutar de ella en su hogar. Una opinión que comparte Bruno Nélis: "La primera motivación para un coleccionista de arte es el amor y la pasión que tienen por la pieza y el arte, todos los dealers te dirán eso". Entonces, qué papel juega la inversión. Los responsables de la galería belga Boon, que este año deslumbran en Brafa con Fin de Fiesta, obra del artista colombiano Fernando Botero, sí comparten que "la principal razón" es pasional. Sin embargo, incide la galería, el cliente también quiere saber que la inversión realizada debe revalorizarse en el tiempo. Así, lo interesante del arte como objeto de inversión es que es un elemento único, durable, y, sobre todo, dual. Una obra de arte ofrece beneficios financieros y decorativos, su rentabilidad se aprovecha desde el punto de vista económico y estético.

El cliente que visite la 65 edición de Brafa tendrá la oportunidad de bucear, para maravillarse e invertir, a través de una gran selección de joyas, mobiliario antiguo o piezas de arte. Es el caso de Dancer, una escultura procedente de la Dinastía Han (206 a.C. hasta el 220 d.C.) o Pupil of Jacopino da Tradate (1371-1445), un pieza de mármol del Duomo de Milán. También es interesante acercarse a la galería Meessen De Clercq, con piezas José María Sicilia, uno de los artistas españoles contemporáneos más destacados de los circuitos internacionales.

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