Si un extranjero elige tu restaurante para probar la comida típica de su país y repite, es que tu propuesta ha sido un éxito. Con esta máxima, los fundadores de Tepic -dos mexicanos y tres españoles que prefieren mantenerse en el anonimato- se dieron cuenta de que iban por el camino correcto, ya que todo mexicano que lo visitaba, volvía a reservar mesa.
La idea, desde el primer momento, fue clara; traer a España la cocina tradicional de este país sin fusiones, clichés ni vicios adquiridos. Concretamente, querían rescatarla de su pasado ancestral y demostrar que si esta gastronomía está declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad es por algo. Y ese algo es delicioso.
La andadura de Tepic comenzaba hace 10 años en el madrileño barrio de Chueca, pero debido al target de cliente y el poco espacio, decidieron trasladarse hace tres años a un local más grande en la milla de oro de la capital madrileña.
En cocina está Sara Herrera, una mexicana de Puebla que, tras pasar por reconocidos restaurantes de todo el mundo, como Casa Enrique, el único mexicano con estrella Michelin de Estados Unidos, decidió unirse a esta aventura. La carta y sus manos permiten al comensal realizar un periplo por las diferentes regiones del país, pues no hay ninguna técnica tradicional mexicana que se les pase por alto. Así, con un 40 por ciento de público español y un 60 por ciento mexicano, su objetivo es trasmitir las bondades, tanto de técnicas como de productos, de esta gastronomía milenaria.
Celebrando 'lo bueno'
Un año más, fieles a las celebraciones del país al que hacen honor cada día, Tepic celebrará el domingo 15 de septiembre el Día de la Independencia de México, con un menú semi-abierto, elaborado por Herrera, que estará protagonizado por materias primas de primera calidad. El precio por persona son 45 euros, y es aconsejable reservar con antelación.
La carta comenzará con unos entrantes de tamal de cochinita pibil y sopa tarasca. Como plato principal, se podrá elegir entre chiles en nogada y enmoladas rellenas de pato y plátano macho. De postre, higos flameados con ron y helado de requesón o cremitas poblanas. Todo ello acompañado de sus cócteles de autor, con o sin alcohol, más originales y a ritmo de Mariachis. Una forma fácil de sentir y saborear otra cultura sin salir de casa.
El ambiente
Evidentes rasgos de la cultura mexicana combinados con mucha elegancia y sobriedad.
Recomendación
Probar los cócteles sin alcohol. Muy bien ejecutados y sabrosos.
Lo mejor
La sopa de tarasca, elaborada a base de frijoles. Tiene un sabor intenso, diferente y realmente bueno.
A mejorar
La preparación de los camareros de algunos de los platos.