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Por qué elegir un traje de sastrería española (aunque cuesten 3.000 euros)


    Yago Gantes

    Por primera vez en España, sastres, fabricantes y distribuidores de tejidos se han unido bajo la Asociación Española de Satrería (AES) para promover el reconocimiento nacional e internacional de la manufactura español. Y es que el trabajo de los sastres de este país está al nivel de los profesionales de Londres, París o Italia. Agustín García Montero, tesorero de la asociación y el maestro de la sastrería Serna, comparte con Evasión cuales son las claves de cómo hacer un traje a medida.

    Aunque el resultado es muy glamoroso y elegante, la confección de un traje a medida requiere de horas de trabajo en un taller modesto que olvida la iluminación cuidada o la madera de roble de las tiendas de lujo. En un pequeño espacio donde trabaja un equipo humano de entre cuatro o cinco personas se afanan para entregar un traje en un periodo que ronda los tres meses y que requiere entre 50 y 70 horas de trabajo.

    El traje resultante de esta labor de artesanía "siempre será mejor que un traje confeccionado", sentencia Agustín García Montero. El tesorero de AES explica que un traje confeccionado está hecho para "ti, tu primo y tu sobrino"y nunca podrá tener en cuenta aspectos anatómicos como son un hombre más caído que el otro o una cadera desigualada y que influyen en cómo sienta al final la prenda comprada.

    Además, el futuro propietario del traje es el dueño y señor de la pieza y por tanto puede elegir el diseño, los tejidos, los colores y cualquier aspecto de la prenda: "El cliente tiene un poder de decisión absoluto, el tejido, el tipo de ojal, el tipo de botón… él es el dueño de su prenda", asegura Agustín. En este sentido, el sastre también explica que aunque el cliente de sastrería suele pedir trajes de corte clásico cada vez son más los que se animan con diseños más arriesgados o tejidos menos convencionales.

    Para conseguir el resultado perfecto, el cliente tiene que pasar por tres pruebas diferentes: una primera donde el cliente apenas aprecia nada, una segunda donde la chaqueta está prácticamente montada y una última prueba final. El precio por todo este proceso hace que el valor de un traje ascienda entre los 1.700 euros "para cubrir gastos", dice Agustín, y los 3000 euros. Sin embargo, dependiendo del diseño y tejido "se podría llegar a infinito". Por ejemplo, tejidos como el vicuña podría ascender a los 30.000 euros.

    La Asociación Española de Satrería: entre la artesanía y el negocio

    Este noble y cuidado trabajo ha perdido reconocimiento en la actualidad quizá por una cultura consumista que prima el ready to wear y un país que no ha sabido vender su artesanía como otros. Por ello, el grupo de sastres que conforman l a AES tienen la labor de incentivar la cultura de manufactura española

    Los objetivos de esta asociación de nuevo cuño pasan por promover, potenciar y proyectar la sastrería española a nivel nacional e internacional. Paul García de Oteyza, el presidente de AES y dueño de Sastrería Oteyza, hace hincapié en que "la sastrería española posee una larga tradición e historia y goza de reconocido prestigio nacional gracias a su alto nivel de calidad" Y por ello, una de las metas de la organización será reposicionar el valor de la artesanía española al mismo nivel que otros países tan potentes como Londres, París o Italia.

    De hecho, una de las principales medidas de AES, explica Oteyza, es impulsar la creación de 'La Ruta Sartorial Española' dentro de los circuitos turísticos que llegan a Madrid, Barcelona o Bilbao. La famosa calle londinense Savile Row o las prestigiosas sastrerías de ciudades italianas como Nápoles reciben cada año miles de clientes para adquirir su último traje a medida.  "Debemos ser capaces de que ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao tengan su propia ruta sartorial con una oferta atractiva para que sean incluidas en las propuestas de los circuitos turísticos y hoteleros de touroperadores internacionales", explica la asociación

    Otra de las metas que se ha impuesto esta organización, explica Daniel Yusty, es posicionar la sastrería española en las ferias internacionales más importantes. En este sentido, AES tiene programado crear un sello de calidad de 'Sastrería Artesanal Española' que diferenciará a través de una etiqueta en los mismos trajes, las prendas creadas a mano conocidas como 'Bespoke', de las prendas creadas con otras técnicas de confección. Este compromiso también se extenderá a la sastrería industrial que tendrá su propio certificado "que reconozca la labor y buen hacer de este tipo de sastrería".