Consciente de que las rentabilidades en deuda serán a partir de ahora mucho más moderadas, el gestor se muestra tranquilo con una normalización monetaria que será, según cree, muy pausada y de muy poca potencia. Y, aunque le cuesta encontrar oportunidades ahora, señala al sector financiero y al automovilístico como sus preferidos
Tras casi una década en Renta 4, previo paso por Lloyds Bank, Mapfre y Gesconsult, José Ignacio Victoriano se postula hoy en día como uno de los mejores gestores de renta fija en España. De hecho, coloca tres de sus fondos entre los mejores del año, con el mérito de gestionar más de 1.400 millones, como es el caso del ING Direct Fondo Naranja Renta Fija. Victoriano, que tiene además un rating de AA -a un escalón de la excelencia- para la publicación británica Citywire, revela sus claves para afrontar uno de los peores escenarios para la deuda: la normalización monetaria.
¿Cómo logra ganar más de un 1 por ciento con un fondo de deuda de 1.476 millones?
El volumen del fondo no es un problema porque la liquidez que hay en el mercado y la oferta de bonos es por unos importes muy elevados. Eso sí, nos encontramos en un entorno de tipos extremadamente bajos y las vías de obtener rentabilidad son bastante más limitadas. La otra variable que juega a nuestro favor es el tiempo. Que las expectativas de los tipos de interés sigan extremadamente bajas nos beneficia.
¿Cuáles son sus principales posiciones?
No tenemos deuda pública española, ni tampoco alemana, sería firmar de antemano una rentabilidad negativa, dado que el fondo es con una duración muy corta. Básicamente, nuestra cartera es de renta fija privada. La mayor posición está en el sector financiero, aunque la cartera está diversificada, y tratamos de tener una duración comedida, en torno a un año y medio.
¿Por qué cree que la deuda del sector financiero está tan infravalorada?
La perspectiva de salir de esta situación el año que viene es una buena noticia para el sector financiero y eso se debería notar en el comportamiento de sus bonos y también en el de sus acciones porque va a haber una mejora de sus márgenes. Las entidades españolas con más peso son el Santander y BBVA, pero también tenemos bonos de Bankia.
¿Cuáles han sido sus últimos movimientos?
Hemos comprado recientemente Intesa Sanpaolo. Tras la adquisición de Veneto Banca y Banca Popolare di Vicenza hemos comprado bastantes de estos bonos porque estaban infravalorados. Había una diferencia de rentabilidad comparado con Intesa Sanpaolo y todavía tienen algo de recorrido. Hay que sacar rentabilidad de donde se pueda. Ese tipo de irregularidades también ocurren en España, por ejemplo, con los bonos senior de Banco Popular, que hemos comprado después de la intervención. Tienen un riesgo equiparable al Santander, pero todavía hay una pequeña diferencia. Si hubiéramos entrado antes de la intervención, la jugada hubiera sido espectacular, pero el objetivo del fondo no es especular.
Además de la banca, ¿qué más le gusta?
Otro sector donde pueden surgir oportunidades es el automovilístico. Los mercados siempre sobrereaccionan cuando hay ruido y es cuando surge la oportunidad de compra.
¿Cuál debería ser la expectativa de rentabilidad de un inversor conservador para 2017 y los próximos años?
Será un final de año tranquilo, salvo que ocurra algo extraordinario. Pero 2018 será algo irregular. Con la expectativa de subida de tipos gradual para finales de año, si la situación del crédito y el crecimiento económico siguen la línea un fondo de renta fija conservador no debería estar dando rentabilidades superiores al 0,5 por ciento.
¿Logrará Draghi mantener la inflación en el 2 por ciento?
No a corto plazo. Y hay varios problemas que hacen que 2018 sea complicado que repunte: el euro/dólar se ha ido a 1,20 y eso reduce algún punto la inflación. Además, el BCE va a cambiar su política monetaria.
¿Qué puede hacer el BCE para que la burbuja en deuda se desinfle poco a poco?
La palabra burbuja es un poco extrema. Una burbuja es una hecatombe que arrastra al resto de los mercados. Y la de ahora es una situación bastante controlada. Obviamente, sin la intervención del BCE la deuda pública estaría unos puntos más barata que ahora, pero no esperamos grandes estallidos porque no hay una expectativa de que los tipos de interés se vayan a subir rápido.
¿Cómo elige los bonos que compra?
Nuestro primer análisis es macroeconómico y de expectativas de tipos de interés. Tenemos que elegir la duración; luego, decidir el sector; y, después, hacemos el análisis individualizado de cada compañía para ver qué bonos queremos comprar. A diferencia de la renta variable, aquí miramos que la empresa nos pague los bonos y vaya a mejorar los niveles de solvencia. Que una compañía se vaya a desapalancar o vaya a pagar menos dividendos son excelentes noticias porque, al final, estás protegiendo más al bonista.
¿Ve un problema en la deuda corporativa de empresas que estén muy endeudadas?
No, porque va a haber una normalización de tipos gradual, no un repunte drástico. Además, las tasas de default (impago) de compañías seguirá siendo muy baja.