Salud Bienestar

Un nuevo estudio descubre que los perros son capaces de detectar con el olfato el párkinson con un 98% de acierto aunque no haya síntomas

Fuente: iStock

Un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Bristol, la Universidad de Mánchester y la organización Medical Detection Dogs y publicado en la revista The Journal of Parkinson's Diesease ha conseguido entrenar a perros para que logren identificar la enfermedad de Parkinson incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas visibles.

La investigación se basó en el entrenamiento de un Golden Retriever y un Labrador para que detectasen cambios olfativos entre más de 200 muestras de piel de personas afectadas con esta enfermedad. El nivel de acierto de los canes fue de hasta un 80% de sensibilidad y un 98% de especificidad, incluso en casos donde los pacientes tenían otras enfermedades.

Un avance para reducir los síntomas

Estos resultados respaldan la capacidad de poder desarrollar métodos no invasivos y más económicos para la detección del párkinson en fases iniciales, lo que repercute positivamente en la evolución clínica de las personas afectadas, contribuyendo a reducir la intensidad de los síntomas.

La directora científica de Medical Detection Dogs, Claire Guest, confesó: "Estamos extremadamente orgullosos de afirmar que, una vez más, los perros pueden detectar enfermedades con gran precisión". Este avance forma parte del proyecto Nose2Diagnose inspirado en el caso de Joy Milne, una mujer que detectó un cambio en el olor corporal de su marido años antes de ser diagnosticado de párkinson.

Párkinson en España

En España, unas 120.000 - 150.000 personas padecen párkinson, llegándose a diagnosticar hasta 10.000 nuevos casos cada año. Una de las particularidades de esta enfermedad es que se desconoce su origen, algo que también ocurre con muchas enfermedades neurodegenerativas crónicas, se sospecha que puede ser una combinación de factores de riesgo genéticos junto con el envejecimiento.

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían dependiendo de la persona. En etapas tempranas, podrían ser leves y ni siquiera percibirse, aunque los más característicos son temblores, retraso del movimiento, rigidez muscular, pérdida de equilibrio, cambios en el habla e, incluso, problemas de razonamiento.

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