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Sarkozy, imputado por corrupción y tráfico de influencia
Tras ser imputado en la madrugada de miércoles por corrupción y tráfico de influencias y después de pasar varias horas en detención preventiva durante su interrogatorio, el expresidente francés Nicolas Sarkozy denunció la "instrumentalización política de una parte de la Justicia". "Todo está hecho para dar una imagen de mí que no se ajusta a la realidad", afirmó el exmandatario, en una entrevista concedida a la radio y la televisión públicas francesas.
El arresto de Sarkozy supone un hecho inédito para un antiguo jefe de Estado en Francia. Su abogado, Thierry Herzog, y Gilbert Azibert, abogado general del Tribunal de Casación, que estaban bajo arresto provisional desde el lunes por este mismo caso, comparecieron este martes ante dos jueces de instrucción con vistas a su probable imputación, según fuentes judiciales. Los medios franceses aseguran ya que ambos fueron imputados.
Otro protagonista del caso, Patrick Sassoust, también abogado general del Tribunal de Casación, se encontraba igualmente bajo detención provisional desde este lunes.
El expresidente francés, que se ha dado hasta otoño para decidir si intenta volver a la política, es objeto de una investigación judicial abierta el pasado 26 de febrero por tráfico de influencia y violación del secreto de instrucción sobre la base de las escuchas telefónicas de las que han sido objeto tanto él como su entorno. Los investigadores sospechan que una red de informantes dentro de la justicia y la Policía le puso al tanto de procedimientos judiciales en su contra.
Las sospechas aparecieron al margen de una investigación sobre las acusaciones de financiación por parte del exdirigente libio Muamar Gadafi de su campaña electoral en 2007, empujando a la justicia a realizar escuchas en dos teléfonos usados por el exmandatario.
Estas escuchas revelaron que Sarkozy y su abogado estaban al tanto de los procedimientos en curso entonces en el Tribunal de Casación sobre el asunto de las sospechas de abuso de debilidad de la multimillonaria Liliane Bettencourt.
Los jueces intentan aclarar si Sarkozy ha tratado de facilitar una promoción en Mónaco de Gilbert Azibert a cambio de recibir información por anticipado sobre los avances en este caso.
El primer ministro francés, Manuel Valls, prometió velar por la independencia de la justicia y la presunción de inocencia, "que vale para todo el mundo". "Esta situación es grave, los hechos son graves y si en cada ocasión, con cada asunto, con cada caso, que afecta o no a políticos, hay este tipo de polémica, estamos minando los propios fundamentos del Estado de Derecho", lamentó Valls.