Tras más de cuarenta años de investigación, la comunidad científica, de la mano del prestigioso genetista y biólogo molecular Miroslav Radman y de Naos (multinacional francesa que integra las marcas dermatológicas Bioderma, Esthederm y Etat Pur), halla uno de los procedimientos más prometedores que explica por qué se produce el envejecimiento de la piel. "La piel envejece porque envejecen sus células y las células envejecen porque su proteoma (todas las proteínas que forman el organismo) se oxida".
La química del envejecimiento de cualquier célula, donde se incluyen las de la piel, implica la oxidación de las proteínas. Con el paso del tiempo, dichas estructuras se ven sujetas a varias alteraciones y la carbonilación se convierte en su mayor amenaza. Las proteínas carboniladas pierden su estructura tridimensional y dejan de poder realizar sus funciones vitales, por lo que deben reciclarse y eliminarse para que no se conviertan en compuestos tóxicos. Sin embargo, con la edad se vuelve más complicado eliminarlas y dejan su rastro en la piel en forma de arrugas, pérdida de luminosidad, firmeza y densidad.
"La supervivencia del organismo depende de la actividad de sus proteínas. Lo mismo ocurre con su envejecimiento. Si actuamos sobre las alteraciones del proteoma, que es la causa fundamental del envejecimiento químico, entonces es posible intervenir simultáneamente sobre cada una de sus consecuencias", explica Radman.
Para entender las claves de una vida larga y saludable, Radman se centró en las bacterias extremófilas. Estos organismos longevos son capaces de sobrevivir y prosperar en niveles extremos de radiación, temperatura o sequedad gracias a su proteoma perfectamente protegido. Pero el paradigma cambió hace trece años, cuando los equipos de investigación de Naos, inspirados por el trabajo del profesor Radman, seleccionaron una bacteria extremófila (Arthrobacter agilis) autóctona de la Antártida con unas propiedades antioxidantes mucho más potentes que la bacteria de referencia utilizada por el profesor.
Esta bacteria proporciona a las células cutáneas la mejor protección posible debido a la presencia de pigmentos rojos que imitan los sistemas de defensa naturales de la piel: las bacteriorruberinas. A partir de su extracción, los laboratorios de Naos han creado la patente biotecnológica Age Proteom. Este revolucionario enfoque, fruto de la colaboración con el Mediterranean Institute for Life Sciences (MedILS), fundado por el mismo Radman, reduce el nivel de proteínas carboniladas, previene daños irreversibles y ayuda a restaurar un mejor funcionamiento celular y de los tejidos.
Con una eficacia de protección superior al 80%, este ingrediente activo crea un escudo físico que protege la estructura de las proteínas y permite que sigan siendo funcionales a largo plazo. Pero este dato no es el único que arroja, pues también muestra un poder antioxidante superior al de otras moléculas de referencia. "Marca el inicio de una nueva generación de productos de cuidado de la piel de "envejecimiento saludable" destinados a preservar de forma duradera la salud y la homeostasis", apuntan desde la compañía.
"Por su doble mecanismo de acción, estas moléculas, fruto de miles de millones de años de evolución, previenen los daños irreversibles del proteoma cutáneo y permiten restablecer a largo plazo una mejor funcionalidad celular y tisular. Este nuevo enfoque constituye una protección de primer orden contra el envejecimiento cutáneo: al intervenir en una fase anterior de los mecanismos implicados en la longevidad celular, los efectos beneficiosos posteriores son visibles en todos los signos del envejecimiento", concluye Isabelle Benoit, miembro del comité científico de Naos.