Tras los datos preliminares obtenidos en el estudio Ariel 4, el Ministerio de Sanidad recomienda no utilizar el medicamento oncológico rucaparib como tratamiento en tercera línea o posterior del cáncer de ovario ya que las personas que lo tomaron han obtenido peores resultados en términos de supervivencia global respecto a las que recibieron quimioterapia.
A día de hoy, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha iniciado una revisión de los datos de este estudio para analizar el impacto de estos en relación con el uso de este medicamento en pacientes adultas que hayan sido tratadas con dos o más líneas previas de quimioterapia con platino y que no son capaces de soportar más ciclos de esta. La indicación de no utilizarlo, no significa que deje de usarse en monoterapias para el tratamiento de mantenimiento después de la quimioterapia.
El medicamento recibió su aprobación y financiación en mayo de 2018 y se baso en datos de tasa de respuesta global observados en pacientes incluidas en dos ensayos clínicos sin llevar a cabo una evaluación comparada. Además, el laboratorio se había comprometido a presentar los resultados de un ensayo clínico, llamado Ariel 4, en fase tres, multicéntrico, abierto y aleatorizado que evaluara la eficacia y seguridad de rucaparib frente a la quimioterapia en el tratamiento de cáncer de ovario recidivante.
Un año después, este se modificó para incluir una nueva indicación de uso. Establece al fármaco como un tratamiento que retrasa el empeoramiento o la reaparición de la enfermedad después de que el cáncer haya remitido parcial o en su totalidad a posteriori de un tratamiento previo basado en platino. Esta autorización está basada en el beneficio observado en un ensayo clínico, denominado Ariel 3, en fase tres, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo que a día de hoy sigue en marcha. De momento, según la Agencia Europea del Medicamento, no existen motivos para pensar que, en esta indicación, el medicamento no sea eficaz.